No todos, pero hasta el mismísimo Valentino Rossi ha aceptado reducir sus ingresos en un 30% el próximo año, y eso que acaba de renovar, hace solo tres meses, por la firma Yamaha. Y así otros muchos pilotos, como Nicky Hayden (Ducati), Colin Edwards (Yamaha), Marco Melandri (Kawasaki) y Loris Capirossi (Suzuki).

"Dejemos de vivir en la Luna, pongamos los pies en la Tierra", comenta el italiano Paolo Campinoti, patrón del equipo privado Pramac, escudería satélite de Ducati. "El dinero no es infinito y van a llegar tiempos duros para todos". Y parece que todo empieza por los pilotos, no solo por sus sueldazos sino, incluso, en pequeños detalles como el ahorro de los 100.000 euros que le cuesta a las diversas marcas de cascos los empleados que cuidan de que estos protectores estén a punto, limpios y con viseras relucientes cada día.

Los equipos han pedido que se reduzcan los entrenamientos en Malasia y que se hagan en Europa. Incluso meditan suprimir las chicas de las sombrillas en la parrilla. Y Dorna, organizadora del Mundial, se ha visto obligada, por falta de patrocinadores, a ofrecer paquetes de tres y cuatro carreras por un precio inferior a lo que supondría comprar las cuatro individualmente. Pero hay dos datos alentadores: ha subido la audiencia televisiva en un 11% y la asistencia a los circuitos en un 10%. EMILIO PEREZ DE ROZAS