WERDER BREMEN: Vander; Fritz (Tosic, m.6), Mertesacker, Naldo, Pasanen; Baumann; Jensen, Hunt (Harnik, m.76 ); Vranjes; Sanogo (Carlos Alberto, m.87) y Rosenberg.

REAL MADRID: Casillas; Ramos, Metzelder, Pepe, Marcelo; Gago (Higuain, 61), Diarra; Robinho (Robben, 71), Raul, Guti; y Van Nistelrooy.

GOLES: 1-0: min 4, Rosenberg. 1-1: min 14, Robinho. 2-1: min 40, Sanogo. 3-1: min 58, Hunt. 3-2: m.71, Van Nistelrooy.

ARBITRO: Pieter Vink (Holanda). Amonestó a Hunt, Pepe, Ramos y Diarra.

INCIDENCIAS: Partido de la quinta jornada del grupo C de la Liga de Campeones.

El Real Madrid cayó ayer por 3-2 ante un Werder Bremen que fue presa de la inspiración en el Weser Stadion y mostró durante los noventa minutos un fútbol ofensivo y arriesgado, sin mayor respeto ante el nombre del rival, que al final dio buenos frutos y un buen espectáculo.

El Madrid también puso lo suyo y el gran ganador fue el público con el fútbol generoso de ambos equipos, que en ningún momento se dedicaron a especular y parecían hacer profesión de fe en la búsqueda de la portería contraria como primer mandamiento del decálogo futbolístico.

Los dos equipos salieron dando muestras en plan de ataque con lo que el partido se mostró bastante abierto desde el comienzo y, ya en el minuto 4, el Real Madrid se vio en desventaja mediante un gol del sueco Markus Rosenberg, que capitalizó un centro desde la derecha de Clemens Fritz.

El Bremen se mostraba bastante atrevido pese al nombre del rival y a estar lleno de bajas -Torsten Frings, Diego y el meta Tim Wiese eran las más notables- a la que se agregó en el minuto 6 la de Fritz, que tuvo que ser sustituido al resentirse de una lesión muscular de la que se había recuperado hacía poco.

El atrevimiento del Bremen no amilanó al Madrid, que también se mostró agresivo buscando la velocidad de Robinho y apretando el acelerador desde la mitad del campo.

Los dos equipos sabían donde estaban sus virtudes y ambos procuraban que la pelota estuviese lo más cerca posible del área contraria.

El Madrid emparejó pronto el partido, con un soberbio remate de Robinho en el minuto 14 en una jugada que se había originado en un robo de balón en el centro del campo.

CON ALTERNATIVAS El partido iba de un área al otro y aunque las posibilidades claras no abundaban, la sensación era que en cualquier momento podía llegar el gol para cualquiera de los dos equipos.

El gol llegó para el Werder Bremen y otra vez por la banda derecha, cuando Rosenberg ganó la raya de fondo y tiró el centro para que el marfileño Boubakar Sanogo definiese de pierna derecha.

El segundo tiempo empezó con una ocasión para cada equipo. Primero, un error de Naldo dejó a Ruud Van Nistelrooy en buena posición pero el meta Christian Vander resolvió la situación en el último momento.

Luego, en el minuto 50, Iker Casillas salvó al Real Madrid de encajar el tercero con una gran parada ante un cabezazo de Sanogo. Después fue otra vez Van Nistelrooy el que falló en el remate cuando un pase de Robinho lo había dejado sólo ante Vander. El partido seguía la tónica que había mostrado en la primera parte pero ahora las posibilidades eran más claras.

El Madrid buscaba el empate y el Bremen, lejos de pensar en dedicarse a defender la ventaja, buscaba el tercero y lo encontró en los pies de Aaron Hunt.

Hunt derrotó a Casillas que tuvo que salir a tratar de cortarle el ángulo tras un gran pase desde el centro del campo del danés Daniel Jensen.

El Madrid no optó por minimizar daños, sino que siguió jugando hacia adelante, creyendo en la remontada, y arriesgando con ello la posibilidad de que el Bremen, que parecía desatado y no buscaba quitarle ritmo al partido, marcara el cuarto.

Poco después de una gran ocasión para Rosenberg, que sin duda hubiese liquidado el partido, Van Nistelrooy hizo que renaciesen las esperanzas madridistas al marcar el descuento tras recibir un pase de Guti.

TIEMPO PARA REACCIONAR El gol había llegado a tiempo. Faltaban casi veinte minutos y una ofensiva final era posible en busca del punto que al Madrid le faltaba para asegurar el pase a octavos. Sin embargo, la posibilidad de que el Werder Bremen hiciera el cuarto también seguía flotando en el aire

Al final no alcanzó para lo uno ni para lo otro y el Werder Bremen se llevó una victoria merecida ya que lo dio todo en un partido en que llegó en condiciones bastante precarias.