Momento dulce para el balonmano extremeño. A la confirmada permanencia del Pines Badajoz en la Primera, hay que añadir que varios clubs de la comunidad luchan por lograr el objetivo del ascenso a esta categoría. El ejemplo del Fundación Pinilla Crespo, el también cacereño Paideuterion Ahica y el Plasencia Rigoletto, los tres primeros de la Liga Turincar, es claro, ya que, al menos en principio, el que venza en el campeonato podrá disputar una fase de ascenso.

De momento, la satisfacción plena está en Badajoz. Pese a la última derrota, y cuando restan 12 puntos por disputarse en las 6 jornadas que restan, el conjunto de Antonio Antúnez se ha ganado a pulso su permanencia. El Pines emitió ayer un comunicado en el que expresa que "lo que a principios de temporada era un objetivo, luego se convirtió en posibilidad y desde el pasado fin de semana es una realidad".

TRIPLE ANTECEDENTE Hasta la irrupción del equipo pacense en competición nacional (hace dos temporadas), tres habían sido los representantes extremeños en esta Primera División. En la 90-91, el Balonmano Olivenza, que había subido tras una brillante fase de ascenso como anfitriones, descendió tras una restructuración de la categoría, en la que solamente se salvaron 6 equipos de 14. El Tierra de Barros de Almendralejo, el año siguiente, también ascendió y estuvo dos campañas. Por último, el Balonmano Villafranca también disfrutó de la categoría en la temporada 99-2000.

Ahora, el Pines, con un proyecto más ambicioso que en la última campaña, podrá planificar de la mejor de las maneras la próxima temporada. "Y el Extremadura Pines no se conforma con lo ya conseguido", se advierte desde el club. Ya se buscan apoyos para afrontar nuevas metas que harán del balonmano en Badajoz "algo importante".

En definitiva, dicen desde la entusiasta directiva del cuadro extremeño, "la magia del balonmano de nivel nacional se seguirá viviendo en Badajoz una temporada más. El Extremadura Pines ha hecho los deberes y quiere ir a por nota", se proclama no sin mucho orgullo.