Antes de estallar la tormenta de Pedro, el programa fundido por la UEFA apuntaba a Gerard Piqué y Lucas Vázquez como protagonistas de la previa ante Croacia junto a Vicente del Bosque. El delantero canario no tenía previsto salir, todo el protagonismo iba a ser para el central azulgrana, uno de los más destacados de la selección en el inicio del torneo, con gol incluido ante la República Checa y otra gran actuación en el segundo encuentro contra Turquía.

Piqué tenía muy claro lo que iba a decir. Sabía que le preguntarían por el cambio de tendencia que ha sufrido su camino en la Roja . En la Eurocopa de Francia, nadie se atreve a silbar a Piqué. El vital cabezazo en el minuto 87 en el choque disputado en Toulouse aclaró cualquier duda.

"Es mucho mejor que te aplaudan a que te silben. Sabía que solo con mi rendimiento cambiaría eso", empezó diciendo el defensa, que se guardó para el final de su comparecencia la frase más contundente. "Tuve la suerte de hacer un gol importante, pero esto es fútbol, no una competición de patriotismo", proclamó Piqué.

Esa fue su reflexión al ser cuestionado por la ovación recibida después del duelo ante los checos. Era la última pregunta y concluyó su intervención con un mensaje claro, muy alejado de las valoraciones de otros compañeros como Sergio Ramos.