Hoy puede ser un gran día. Y así hay que plantearlo. Aprovecharlo o que pase de largo, depende de Alberto Contador. Hoy puede ser un gran día. ¡Duro con él! Porque hoy regresa la montaña. La hora de los Pirineos. Tiempos de escaladores. Cumbres de leyenda. Todo está preparado. El habla distinto de lo que piensa. Calma, tranquilidad, sosiego... Nada cierto en estas palabras. Quiere salir el próximo sábado en la contrarreloj final de Burdeos en última posición. Para conseguirlo solo hay un dilema. Vestir de amarillo. Y para lograr la prenda solo hay una teoría que vale y que cuenta: atacar en los Pirineos.

Lo tiene todo a favor. Alexandre Vinokurov, su lugarteniente, casi el patrón de un equipo que Contador controla con total libertad, correrá en los Pirineos entregado a su jefe de filas y como un niño con zapatos nuevos gracias a su victoria en solitario de ayer en Revel.

LA PANDILLA Y por si fuera poco, desde ayer, algo importante para Contador. El apoyo de su pandilla. Sus amigos, con los que sale en bici los fines de semana cuando no compite, los que lo esperan en una de las rotondas de Pinto, para atacarse como críos antes de llegar a casa, ya están instalados en los Pirineos. Como es tradicional esta noche, Contador habló anoche con ellos, con Paco y con Jorge, para decirles dónde tienen que colocarse en Ax-3-Domaines.

Ellos le sirven de referencia. Su posición, tal como ocurrió en la ascensión al Plateau de Beille del 2007 (primera victoria del madrileño en la ronda francesa) puede ser la del lugar escogido por el corredor español para iniciar su primera gran ofensiva contra Andy Schleck. Y porque ayer también llegó Macarena, su novia, y Marta, la mujer de Fran, su hermano y mánager, así como Alicia, la hermana. La pandilla, en resumidas cuentas.

Ninguno estuvo en los Alpes. ¿Casualidad? Todos ellos, hace un año renunciaron a la cita pirenaica y se trasladaron a la cordillera alpina. ¿Qué sucedió allí? Ocurrió, en tal día como hoy, cima de Verbier, que Contador demarró para ganar la etapa y vestirse de amarillo. No soltó la prenda hasta su hotel de París.

Por eso, hoy puede ser un gran día. Contador habla con moderación y renuncia a sacar pecho. En su equipo, sin embargo, aunque sin dar nombres, se extienden algo más en los comentarios. "Schleck afirma que ve nervioso a Contador. Pues más nervioso lo verá mañana (hoy para el lector)". El bicampeón, haciendo gala a su espíritu de moderación a la hora de expresarse, solo trata de quitarse presión. "Pues yo no sé quién está más nervioso. El o yo. Lo conozco bien y sé que no se da por vencido. Por eso, solo atacaré si veo las cosas claras".

LA PROGRAMACION De las cuatro etapas programadas en los Pirineos, las dos más importantes son la de hoy en Ax-3-Domaines y la del jueves, que finaliza en lo alto del Tourmalet, como homenaje a los 100 años de matrimonio entre la legendaria cima y el Tour de Francia.

El martes se corona el Tourmalet y luego el Aubisque. Quita gracia el hecho de que esta última cima se encuentre a 61 kilómetros de la meta de Pau. El miércoles, antes de la etapa reina del 2010, llegará la segunda jornada de reposo.

"Como dije antes de comenzar la carrera, los Pirineos serán los jueces de la carrera. Espero conservar las buenas sensaciones". La impresión general es que Contador está mucho más fuerte que en los Alpes.

Contador deberá coordinar el trabajo. Ayer se volvió a caer Jesús Hernández, la quinta vez que se va al suelo del Tour, así como Dani Navarro. Debe ser un trabajo perfecto para que cuando falten 5 kilómetros para coronar Ax-3-Domaines, cuando Contador descubra a sus amigos entre miles de seguidores, pueda lanzar el primer gran demarraje. Hoy puede ser un gran día. Que no lo deje escapar.