Oscar Pistorius sigue luchando por su fianza. El juez decidió ayer aplazar, de nuevo, la decisión de si el campeón paralímpico puede salir en libertad --previo pago-- hasta que se celebre el juicio por el asesinato de su pareja, Reeva Steenkamp; o dicta prisión preventiva. La Fiscalía insistió ayer que Pistorius "sí tenía intención de matar" a la joven. Pero el bufete de abogados que representa al atleta acabó logrando que Hilton Botha, el detective al frente de la investigación, admitiera que por ahora y con las pruebas recogidas "no hay elementos que contradigan la versión de la muerte por accidente" que el martes dio Pistorius.

La Fiscalía se centró ayer en intentar desmontar este relato. Anunció que hay dos testigos que declararán que esa madrugada oyeron gritos en la casa. Uno de ellos asegura que pasaron "17 minutos" entre disparos, lo que cuestiona la versión de que el atleta disparó varios tiros pero de una sola vez contra la puerta del baño convencido de que dentro había un ladrón. "De ningún modo fue en defensa propia", dijo el detective.

Ayer también se supo que la policía halló testosterona en la casa y en un cajón "agujas y jeringuillas".