Promediar 21,5 puntos y 10,9 rebotes, aunque sea en la segunda división de la liga universitaria americana (la misma competición de la que provenía Braydon Hobbs), no parece estar al alcance de cualquiera. Kelsey Williams vive su primera experiencia en Europa en el proceso de adaptarse a un baloncesto totalmente diferente, pero en el que espera sacarle partido a sus indudables cualidades. En sus manos está hacerlo.

Lo que le distingue sobre todo es su velocidad y gusto por correr el contraataque pese a ser un pívot. Muchos de sus puntos los logra en transición, para lo que obligatoriamente debe estar respaldado por el otro interior y recibir buenos pases del base. Una asignatura pendiente debe ser mejorar el porcentaje de tiros libres.