De negaciones vehementes y agresivas, a una confesión. De la denuncia de una "caza de brujas" a un plan de redención. Cerca de ocho años después de que empezaran a extenderse sombras sobre la figura Lance Armstrong, el ciclista tejano de 41 años --retirado en enero del 2011, despojado desde el año pasado de los siete títulos del Tour de Francia y acusado por la agencia antidopaje de EEUU de liderar y presionar a otros a formar parte de "el programa de dopaje más sofisticado del planeta"-- ha acabado reconociendo que usó sustancias prohibidas. Según USA Today , admite que empezó a hacerlo a mediados de los 90.

La confesión de lo que era un secreto a voces pese a sus contundentes y demoledoras negativas ha llegado en una entrevista de dos horas y media con la estrella televisiva Oprah Winfrey grabada el lunes en un hotel de Austin (Tejas) y que se emitirá en dos entregas mañana y el viernes a las 21.00 horas (las 3 de la madrugada en España). Y aunque Winfrey y fuentes cercanas al ciclista, de momento, solo revelan que hay admisión de dopaje, se desconoce hasta dónde llega la confesión. La propia Winfrey apuntó ayer a que Armstrong "no se sinceró en la forma en que esperaba" ella, aunque también dijo que fue "explícito" y opinó que las respuestas contestarán los interrogantes clave.

PLAN ESTRATEGICO Todo apunta a que la confesión de Armstrong forma parte de un calculado plan estratégico del ciclista para tratar de buscar su redención. De hecho, según un artículo de The Wall Street Journal en que se analiza su decisión de hablar ahora, se relata una tensa conversación privada que el ciclista tuvo el mes pasado con Travis Tygart, director de la agencia antidopaje de EEUU, donde Armstrong dijo a Tygart: "No tienes las llaves de mi redención. Una persona las tiene y soy yo".

Según fuentes del entorno del ciclista en Europa, la idea de Armstrong es lograr que se le levante el veto de por vida que se le impuso en otoño y que esa prohibición se reduzca a ocho años. Así podría participar en competiciones de triatlón (el deporte en el que se ha volcado desde su retirada), volver a demostrar que es el mejor, y hacerlo pronto si se cuenta como sanción los resultados desde 1998 anulados por la UCI (Unión Ciclista Internacional).

LA OPINION DEL AMA Es un objetivo que, de momento, no logrará solo con una entrevista. Ayer la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) declaró que "solo cuando Armstrong haga una confesión completa bajo juramento y diga todo lo que sabe, puede comenzar un proceso legal para reconsiderar su suspensión de por vida".

Las fuentes de su entorno también apuntan a que Armstrong se prepara ahora para apuntar a Pat McQuaid, presidente de la UCI y miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), y al expresidente del organismo Hein Verbruggen. La UCI recibió dos donativos del corredor por valor de unos 125.000 dólares. Una comisión independiente investiga ahora si fueron la recompensa por tapar dos positivos. Otro blanco sería el banquero Thom Weisel, que dio dinero al equipo de Armstrong, el US Postal Service. Dejaría fuera de sus revelaciones a quienes considera sus amigos: su director, sus médicos, su preparador físico y los ciclistas que considera fieles.

Medios estadounidenses afirman que Armstrong busca colaborar con el Departamento de Justicia en el caso de fraude abierto cuando presentó una demanda su antiguo compañero Floyd Landis, despojado de su Tour del 2006 por dopaje.