La clásica comida de despedida que todos los equipos --mejor o peor avenidos-- tienen a final de una temporada tuvo un matiz más emocional de lo habitual en el caso de la del Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Sergio Pérez, como viene ocurriendo estos últimos días como consecuencia de su retirada del baloncesto, fue el gran protagonista. Sus compañeros se tomaron con humor su paso a los despachos como futuro gerente de la entidad y el principal regalo que recibió fue un impecable traje para que lo use en su nueva función.

Pérez reaccionó entre sorprendido, agradecido y abrumado. En este tiempo ha acumulado el cariño del vestuario, ejerciendo de ‘capitán en la sombra’ junto al oficial, Luis Parejo. No faltaron las risas de todos en un ambiente de evidente complicidad. También estuvo presente el recuerdo de una efemérides especial: ayer se cumplieron tres años del ascenso a LEB Oro con el triple final del propio Parejo todavía en el recuerdo de muchos.

A DIVERTIRSE / No faltó ningún jugador ni los componentes del cuerpo técnico al almuerzo, que tuvo lugar en el restaurante Casa Claudio de Casar de Cáceres. También se apuntaron el presidente, José Manuel Sánchez, y varios directivos. Además, acudieron las parejas algunos de los baloncestistas.

Ya salvado matemáticamente, el conjunto verdinegro toma el último partido de la temporada mañana en Palencia con la vocación de divertirse sobre la cancha, algo que no ha podido hacer demasiado en los últimos meses por haberse complicado en la clasificación por culpa de las derrotas. Habiendo ganado tres de los últimos cuatro encuentros, la tranquilidad ha llegado por fin al seno del club, en el que se está empezando a planificar la próxima temporada. La renovación o no del técnico, Ñete Bohigas, es la primera cuestión que hay que dilucidar.

A Palencia se acudirá con solamente ocho profesionales disponibles. Ya se anunció que, si no era estrictamente necesario, Sergio Pérez no participaría.