Los actos de celebración por el ascenso tuvieron ayer un doble episodio. Plantilla, cuerpo técnico y directiva brindaron el ascenso a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Piedad, con la tradicional ofrenda floral. En el interior del parque donde se ubica el santuario esperaban decenas de seguidores azulgranas que aprovecharon la oportunidad de volver a agasajar a sus héroes y compartir más instantes de emoción. Numeros medios aguardaban el momento en el que el capitán Tomillo depositaba el ramo a los pies de la patrona.

Poco después, el plantel se trasladó al ayuntamiento, donde fue recibido por toda la corporación municipal encabezada por el alcalde, José García Lobato. Los jugadores pudieron conocer de voz del primer edil parte de la historia de Almendralejo en el museo del consistorio y después recibió al completo una réplica del Disco de Teodosio, en homenaje por este éxito deportivo.

Pero la intervención más emotiva de la tarde la tenía reservada Manuel Franganillo, el presidente. Cuando tomó el micrófono se echó mano al bolsillo derecho y sacó una pinza azul: "ya sabéis que soy una persona muy temperamental y tenía guardado este detalle. Cuando empezó la temporada, el alcalde me regaló esta pinza y me dijo toma Manolo, para que no se te vaya la pinza a mitad de temporada. Y hoy vengo a devolvérsela y a agradecerle el apoyo que nos ha dado durante todo el año". La historia arrancó los aplausos de la plantilla, pero hubo más: "y ahora os cuento un secreto. Siempre he tenido una imagen grabada en mi vida. Es de la película de Rocky, cuando le sacuden y hace el amago de levantarse. Cuando fracasamos, siempre la recuerdo para motivarme. Vamos a tratar de relanzarel fútbol en Almendralejo y les prometo que seré un gran embajador de la ciudad", concluyó.