Djalminha, Palermo, Kily González, Boghossian, Cambiasso, Alfonso, Morientes... La Liga española está llena de jugadores transferibles con fichas millonarias que colapsan las plantillas. Cerca de 90 futbolistas de 16 equipos saben que no cuentan para sus entrenadores. Algunos buscan otro destino desesperadamente. Otros viven en el paro con sueldos de lujo que se han convertido en una losa para la maltrecha economía de los clubs españoles.

Pocos equipos se salvan de este overbooking. El Deportivo empezó el domingo la pretemporada con 31 jugadores, cuando la Liga de Fútbol Profesional sólo permite inscribir a 25. Entre ellos, figuran Walter Pandiani, tras su cesión al Mallorca, y Djalminha, el mediapunta brasileño que jugó cedido en el Austria de Viena la pasada temporada. Javier Irureta no cuenta ellos, como tampoco con Iván Pérez y Changui, que el año pasado ya se quedaron sin ficha.

El Bar§a y el Madrid también andan desesperados por colocar a los descartes. Los azulgranas, tras desprenderse de Rochemback y Christanval, buscan destino para Enke, Dani, Bonano, Alfonso, Gerard e incluso Riquelme, mientras que los blancos tienen como excedentes a Morientes, Celades, Julio César, Tote, Cambiasso, Munitis, Flávio y McManaman, entre otros. "Me encanta Madrid y no me voy a ir a ninguna parte. Así de claro", dijo la semana pasada el interior inglés, que tiene una ficha de 4,8 millones de euros netos (800 millones de pesetas), algo más que Flávio y Morientes, que rondan los 4 millones de euros (666 millones de pesetas). Al extremeño le quedan todavía tres años de contrato.

PROBLEMAS EN EL VESTUARIO

En el Valencia, Rafa Benítez empezó ayer a trabajar con 34 jugadores, algo parecido al Espanyol, que sigue colapsado pese a colocar a David Catalá en el Albacete y a Crusat en el Rayo. Manel, Fran, Argensó, el extremeño Ricardo Cavas, Boghossian, Navas, Posse y Roca tampoco entran en los planes de Javier Clemente. La pasada temporada pasó algo similar con Juande Ramos, quien estuvo a punto de dejar sin dorsal a Oscar y Ricardo, pero sus compañeros lo evitaron.

En el Sevilla ha estallado la guerra con los descartes. El club andaluz dejó fuera del stage a Moisés, Fredi, Mario y Alfonso, cuatro jugadores con contrato en vigor con los que no cuenta Joaquín Caparrós. El capitán Pablo Alfaro pidió "más respeto" para sus compañeros y la plantilla amenazó con plantarse antes de viajar a Ayamonte. El presidente José María del Nido cerró el pasado sábado ayer la polémica. "El Madrid dejará a 15 jugadores sin viajar y no pasa nada", dijo, tras reunirse con Alfaro.

La cesión suele ser el destino final de todos estos jugadores, aunque no suelen colocarse a todos. La suma de los 87 descartes superaría los 100 millones de euros (16.600 millones de pesetas), una cifra astronómica en un mercado lastrado por la crisis. Y así están los clubs españoles, con problemas económicos de los que nadie sabe cómo saldrán.