El Plasencia aprovechó la presentación de Luismi Redondo y Héctor para explicar públicamente la difícil situación institucional en la que se encuentra. Fue una extensa comparecencia a la que faltó el propio presidente del club, Rubén Hernández.

Ejercieron como portavoces los vicepresidentes José Antonio Quijada y José Bernal, que entonaron el ‘mea culpa’ por la falta de comunicación desde el club. «Es un momento preocupante, pero la directiva la va a sacar hacia adelante», comentaron. Según su versión, todo parte del «engaño» del empresario norteamericano que prometió la temporada pasada 250.000 euros de ayuda y tan solo ingresó 20.000. Con ese desfase se inició esta campaña, que se ha podido solventar hasta enero. La apertura del mercado de invierno provocó la «desbandada» de cinco jugadores que buscaron mejores oportunidades.

Quijada llegó a decir que los directivos se habían sentido «traicionados por algunos jugadores» y que habían tenido «sensaciones muy desagradables» con la marcha de algunos de ellos. También expresó la confianza existente en el técnico Luismi y la creencia en que la temporada se terminará «lo más dignamente posible en lo deportivo y tratando que en lo económico las cuentas cuadren». También agradeció «a los pocos socios que tenemos» y se preguntó: «¿qué hay que hacer para enganchar a más gente?». Además, anunció una próxima asamblea para los aficionados.