Coincidiendo con la irregular trayectoria deportiva, jugadores, directivos y técnicos del Plasencia Galco se sentaron ayer en torno a una mesa en una comida habitual, pero que en esta ocasión puede aunar fuerzas en un momento complicado de la temporada regular.

Ocurrió ayer en el restaurante Los Monjes , donde los comensales celebraron uno de los dos almuerzos de hermandad tradicionales en la temporada. Además de dar buena cuenta de las viandas, se habló de todo, y también de baloncesto, aunque se descarta que haya cualquier tipo de problemas internos. La mayor preocupación general continúa siendo el juego ofensivo del equipo, pero se espera subsanarlo para doblegar mañana mismo a La Palma, visitante a partir de las 21.00 horas del pabellón placentino para dirimir la duodécima jornada liguera.

Para el choque se confía que haya una novedad muy espera: la instalación del nuevo doble marcador que se lleva retardando en los últimos meses. Los operarios ya están trabajando para que este requisito de la Federación Española se cumpla al fin.

Ocurrirá esto ante un equipo que ha tenido una trayectoria paralela al Plasencia, con el que ha coincidido en todas las categorías (EBA, LEB-2 y LEB) desde hace más de una década. La rivalidad es considerable. Ayer se esperaba a la plantilla dirigida por Rafa Sanz, que está un puesto por encima de los placentinos con una victoria más (cinco). El triunfo mañana daría mucha tranquilidad a cualquiera de los dos antes de afrontar tres partidos en nueve días.