PLASENCIA: Tony Tate (10), Roberto de la Rosa (6), Lledó (14), Kaunisto (10) y Wyatte (10) --cinco inicial-- Almeida (2), Marc Solá (11), Javier Salsón (7), Alberto Rodríguez (8), Perujo (-).

AKASVAYU VIC: Eduard Jiménez (13), Jordi Vallmajó (6), Rafael Hettsheimer (13), Chus Aranda (6) y Báez (15) --cinco inicial-- Sergi Pérez (3), Ramón Espuña (5), Fabricio Way (-), Pere Corominas (7) y Edu Riu (3).

MARCADOR C. CINCO MINUTOS: 26-18, 46-33 (descanso), 64-52 y 78-71.

ARBITROS: Feixa Ibáñez, González Zumajo. Eliminado: Vallmajó (min. 35).

INCIDENCIAS: Jornada 18 de LEB-2.

Nuevo año, nuevo régimen. En este caso, y para bien, de victorias. Ayer, el Plasencia inició bien el 2007 con un merecido, sufrido y agradecido triunfo ante un equipo, el Akasvayu Vic, que llegaba avalado por cinco triunfos consecutivos, instalado en la zona media-alta y amenazante, entre otras cosas por las propias dudas locales en su deficiente final del 2006. Pero un notable partido de los de Iván Déniz despejó las dudas y el éxito se quedó en casa, para disfrute de la fiel hinchada placentina.

Al inicio, y como suele ser habitual, el Plasencia salió bastante enchufado y, tras un parcial de 5-0, empezaba el intercambio de canastas, siempre favorable a los locales. A pesar de las defensas, extremeños y catalanes anotaban con facilidad. En los últimos compases del primer cuarto, un Plasencia muy aguerrido se marchaba por 26-18.

La continuación fue aún mejor, tras un parcial de 7-0 en los dos primeros minutos. Ya eran 15 puntos de ventaja. Fue éste el momento elegido para el debut de Marc Solá, base procedente del Melilla, que hizo un buen partido al final. Tras unos minutos con fuerzas igualadas, el Vic se agarraba al partido como un clavo ardiendo. Con parciales igualados, el partido se volvió muy rápido hasta el final, con distancias que oscilaban sobre los 10 puntos. Al final, Lledó dio el empujón antes del descanso con un 46-33.

Tras la reanudación se ajustó el partido en medio del desconcierto arbitral. El Plasencia aún mantenía los diez puntos hasta el final del tercer cuarto, con 64-52 claro. En el último acto, el ajuste defensivo de los catalanes, les metía en el duelo, con un 0-5 en dos minutos. Plasencia tardó cinco minutos en anotar en este cuarto. El duelo llegó a estar 64-62. El tiempo de Déniz, la quinta falta de Valmajó y el temple de Solá fueron claves.