PLASENCIA GALCO: Mario Plata (0), Francis Perujo (3), Jorge Lledó (10), Nigel Wyatte (18), Ville Kaunisto (14) --cinco inicial-- Almeida (0), Tony Tate (14), Carlos Braña (4), Alberto Rodríguez (3), De la Rosa (0).

IMAJE SABADELL: Amat (4), Oliver Fernández (3), Beeson (26), Cabeza (17), Williams (0) --cinco inicial-- Cristian Oliva (8), Lolo Castro (2), Pere Corominas (0), Pep Ortega (12), Sergi Pino (1).

ARBITRO: Jordi Freixa y Alonso Martín. Eliminado: Oliva.

MARCADOR POR CUARTOS: 15-19, 29-37, 43-58 y 66-73.

INCIDENCIAS: Undécima jornada de la Liga LEB-2.

El Plasencia Galco perdió su segundo partido consecutivo tras un mal encuentro en el que el Sabadell fue superior en todas las facetas. Beeson y Cabeza fueron los ejecutores de la victoria de los visitantes, forjada durante los 40 minutos.

Los catalanes fueron por delante durante todo el partido y en esta ocasión la llamada la épica de los últimos minutos por parte placentina no dio resultados.

Fue un encuentro de tanteos bajos, en el que ya desde el principio se vio la mayor inspiración del Sabadell. Las diferencias eran mínimas al final del primer cuarto (15-19), y eso que Tate había anotado cinco tiros libres consecutivos.

Después, la superioridad visitante siguió escenificándose, alcánzándose los diez puntos de diferencia (20-31, min. 16). El tiempo muerto de Iván Déniz no dio resultados antes del descanso, al que se llegó con 29-37 y la sensación de que iba a ser muy difícil levantar el partido.

El tercer cuarto seguramente sentenció el choque. El Sabadell llegó a poner tierra de por medio, dominando el rebote sus pívots y sin que los bases locales supiesen imponer un buen ritmo. A falta de diez minutos, 43-58 sin que desde el banquillo llegasen soluciones.

El Plasencia hizo un último esfuerzo y llegó a ponerse por debajo de la barrera psicológica de los diez puntos (57-66). Tate primero y Wyatte después acortaron aún más la diferencia y despertaron al público local. Sin embargo, el Sabadell mantuvo la calma y supo administrar sus posesiones. El Plasencia pagó así su constante falta de concentración y da un paso atrás en la carrera por estar en los play-offs por el ascenso a la LEB.