El Cáceres 2016 se apresta a dar la sorpresa en Tenerife sin presión añadida alguna. "Será muy complicado", asume el entrenador, Manuel Piti Hurtado, pero la posibilidad de la victoria está latente en el grupo.

El triunfo ante Los Barrios ha puesto un punto de tranquilidad en el club extremeño de la LEB Oro. Estar en la zona intermedia de la tabla, a un partido de play off, concede el suficiente respiro como para crear un ambiente nada cargado en visitas como ésta. En principio, se trata de un duelo de similares características a los dos anteriores (Alicante y Melilla), ante clubs de potencial presupuestario mayor y una clasificación acorde a sus posibilidades económicas.

Precisamente Alicante, Melilla y Tenerife encabezan la clasificación actualmente y son también los principales candidatos del entrenador extremeño para conseguir el ascenso directo, que logra el primero al final de la Liga regular. La descompensación entre el equipo insular y el extremeño es palpable en los propios números: el Tenerife es el segundo conjunto más valorado de la categoría (945 puntos); el Cáceres, el quinto menos (807).

AUSENCIAS Otro factor condiciona el desequilibrio previo al choque: las bajas visitantes. Adrian Moss, que inició la competición como extranjero franquicia, y el capitán y hombre más experimentado en la categoría, José María Panadero, vuelven a ser ausencia en el bloque de Hurtado, pendiente también de Lucio Angulo, otro de sus referentes, que no ha entrenado durante la semana por un problema en el codo que le incomoda desde hace ya tiempo.

El entrenador extremeño ha querido mostrar un mensaje de tranquilidad estos días, pese a que no ahuyente el debate sobre la ideoneidad de su trabajo al frente del equipo, puesto en duda por un sector de aficionados. "Ver las mismas caras aburre". Hurtado, criado profesionalmente al amparo de Alfred Julbe, que sigue aconsejándole, trata de salvar una sensación que ha sentido junto a su amigo en Zaragoza, aunque en entonces de manera secundaria. Ahora, su rol es bien distinto y tiene que asumir una responsabilidad que externamente no parece rehuir.

El Tenerife basa su poderío en el hombre más resolutivo de la categoría: el estadounidense Antwain Barbour, capaz de hacerle 50 puntos al Alicante, aunque también de mostrar signos de irregularidad como lo ocurrido el pasado fin de semana en Melilla (13 puntos, 1 de 5 en triples), aunque jugándose los tiros decisivos. Otro estadounidense, Lamont Hamilton, tiene buena parte de la responsabilidad defensiva (85 rebotes, 8 de media). Con él, aunque no suele ser del quinteto inicial, estará un viejo conocido de la afición extremeña, el ala-pívot José Angel Antelo, un jugador capaz de anotar 15 puntos en 20 minutos en pista melillense.

En el Cáceres se espera que sus hombres clave respondan o, de lo contrario, la empresa de dar la campanada se tornará imposible. Es el caso del pívot Wayne Simien, pero también es el del base Rod Brown, intermitente últimamente, pese a que su recambio, Tomás Bellas, volviera a dar muestras de su efectividad el pasado viernes, al punto de ser decisivo en el triunfo ante Los Barrios merced a sus 16 puntos.