Dice Antonio Rueda, y lo reitera en varias ocasiones, que lo único que ha hecho es convencer a los jugadores del Olivenza de lo buenos que son. También hacerles ver que deben pelear cada balón dividido como si fuera el último. ¡Y vaya si lo ha conseguido! Desde que el 25 de noviembre cogió las riendas del equipo ha conseguido un empate, en su primer partido en el banquillo, y seis victorias consecutivas. La derrota... de momento no sabe nada de eso.

Su poder de convicción ha sido mucho. Hasta su llegada, el Olivenza sumaba tres victorias y tres empates en quince partidos. Ahora, siete jornadas después, son nueve victorias y cuatro empates. Y no es que su calendario haya sido precisamente fácil. Empezó ante el Aceuchal (3-3), que se codeaba entonces con los grandes; ha superado al Trujillo (1-0), uno de los equipos de moda de la Tercera extremeña; al Diocesano (0-4) cuando llevaba doce partidos seguidos sin perder; o al Villanovense (2-0), uno de los gallitos del grupo («con 0-0 al descanso sentíamos que se nos escapaban vivos»).

Este domingo visita al Extremadura B (11.30 horas), que estrena entrenador, lo que obliga al técnico sevillano a redoblar esfuerzos: debe estudiar al equipo azulgrana e intuir los cambios del nuevo preparador azulgrana, José Antonio Ruiz. Nada nuevo, ya vivió esta situación con el Villanovense hace unas semanas con el estreno de Javier Álvarez de los Mozos. Y a los suyos le fue bastate bien.

Apuesta a caballo ganador

Cuando a Antonio Rueda le plantearon a finales de noviembre entrenar al Olivenza no se lo pensó demasiado. «Conocía a la mayoría de los jugadores de mi etapa en el Fuente de Cantos y sabía lo que podían hacer, solo había que convencerlos de que eran muy buenos. Era una apuesta a caballo ganador».

También sabía que llegaba a un club humilde. «La recuperación de los lunes, que la hagan en casa», cuenta el técnico, a modo de anécdota, que le dijo el presidente del cuadro oliventino, José Silva. Es un club humilde y hay que ahorrar. Entrenan tres días a la semana, martes, jueves y viernes, y Antonio Rueda, que sigue residiendo en Sevilla, compatibiliza la dirección del Olivenza con las clases que da en la Federación Andaluza de Fútbol. Solo ha firmado hasta final de temporada. Siempre lo hacer así, dice. «Yo no quiero ser nunca impedimento para nada, lo que quiero es hacerlo tan bien que me quieran renovar allá donde voy».

Antes de entrenar al Olivenza ha estado en el Estepa Industrial, Marinaleda, Nervión, Fuente de Cantos (su primera experiencia en Extremadura), San Roque de Lepe y Mora.

Ha pasado el cuadro oliventino en dos meses de los puestos de descenso a la undécima posición con un margen de 14 puntos sobre el Fuente de Cantos, primer equipo en descenso y el otro club que Antonio Rueda (Sevilla, 6 de mayo de 1981) ha entrenado en el grupo XIV. Eso fue hace cuatro temporadas. Pero a pesar de los buenos números, el técnico no se desvía del objetivo de la permanencia, «para la que aún tenemos que luchar «. Y eso que sus guarismos de los dos últimos meses (19 puntos) son de playoff. Solo les supera el Coria (21) y calcan los de Cacereño y Moralo. Apunta a los finales de temporada, a los que define como «raros», para mantener la prudencia. «Igual que nosotros hemos tenido una buena racha, la pueden tener otro equipos». Por prefiere no hablar de los puntos que necesitan para salvarse. Prefiere centrarse en seguir luchando por ganar partidos.

Lo que sí tiene muy claro es que están «disfrutando como niños» y que su equipo transmite a los rivales un mensaje muy claro: «Vamos a salir a ganar todos los partidos y estamos demostrando que eso no son solo palabras». Lo dice alguien que ha demostrado tener mucho poder de convicción y al que se le nota la pasión por lo que hace.