Buscar la posibilidad de rescindir el contrato de compra-venta de los terrenos de la ciudad deportiva que levantó el CF Extremadura SAD en su época de vacas gordas y de la Primera División. Ese parece ser el objetivo inmediato de la entidad almendralejense, que ya tiene a sus abogados trabajando en el tema y analizando situaciones, posibilidades y actuaciones desde hace días. Aunque desde el club no se quiere decir una sola palabra, ayer y a requerimiento de este periódico, el propio presidente Pedro Nieto en persona declinó hacer valoración alguna y nos emplazó a los próximos días, los servicios jurídicos de la entidad parece que han elaborado un informe y sopesan la opción de intentar rescindir el acuerdo.

La venta de los terrenos de la ciudad deportiva a la empresa Proinex fue realizada en la etapa en la que Juan Francisco Rodríguez Juanito y Miguel Malpica estaban al frente de la entidad. Cuando Nieto y los suyos, que fueron muy críticos con la operación desde el inicio, regresaron al club se encontraron con el hecho consumado y parecía un asunto sin marcha atrás. Sin embargo, cuando la empresa constructora inició los movimientos de tierra saltó un primer problema. El ayuntamiento precintó las obras argumentando que carecían de permisos. Pero a los pocos días las legitimó autorizando el desarrollo de las mismas. A pesar de todo, los terrenos parece que están pendientes de una recalificación que se esperaba hubiese llegado ya por parte de la Junta de Extremadura pero que aún está en compás de espera. Con todo, los acontecimientos que se han producido en los últimos días han precipitado los movimientos.

LAS TORRETAS Según ha podido saber EL PERIODICO EXTREMADURA, el derribo de unas torretas de iluminación de uno de los campos de césped, el más próximo al de tierra que forma parte de los terrenos vendidos, ha molestado a los dirigentes del Extremadura que ya venían dándole vueltas al tema de las cantidades a percibir por la entidad y unos recibos pendientes que entraban dentro de la operación pero que sin embargo reclamaba el ayuntamiento. A resultas de todo ello, la operación rescisión de contrato parece estar en marcha y afectará, al margen del club y la constructora, al ayuntamiento, a quien van a parar los campos.