Funcionarios de la Policía Local de Badajoz y del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a Antonio Olivera, empresario y presidente del Club de Fútbol Cerro de Reyes, popularmente conocido como Cachola , tras protagonizar un incidente contra el concejal de Deportes, Miguel Angel Rodríguez de la Calle y unos amigos de éste. Entre ellos estaba Juan Manuel Arribas, secretario general de la CREEx.

Los hechos ocurrieron en la cafetería La Sukursal de la avenida Conde de Barcelona hacia las 23.45 horas del pasado lunes, y por ellos, el detenido fue esposado y posteriormente trasladado a comisaría, acusado de lesiones, atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad.

El dirigente futbolístico no llegó a tocar al concejal pacense, como confirmó éste ayer y como hicieron otros testigos del suceso, que calificaron la situación de "bronca".

DECLARACION Antonio Olivera pasó toda la noche y parte del día de ayer en comisaría, hasta que, una vez concluida su declaración ante la policía, y la de las personas afectadas y agredidas, fue trasladado hasta los juzgados de Badajoz para declarar ante el juez de guardia, un hecho que se produjo hacia las 18.30 horas.

Testigos del suceso y el propietario del establecimiento donde ocurrió, declararon por la mañana, aunque éste último, que fue una de las dos personas que recibieron un tortazo, según varios testimonios, no había presentado denuncia aún.

Cachola se negó a declarar en las dependencias policiales y manifestó que solo lo haría ante la autoridad judicial, según confirmaron fuentes de la propia jefatura superior, cuyo responsable, Angel Galán, se refirió por la mañana a este caso para confirmar solo que permanecía ingresado en comisaría a la espera de pasar a disposición judicial. El detenido estuvo en los juzgados alrededor de una hora y el juez decretó posteriormente su puesta en libertad.

Miguel Angel Rodríguez de la Calle, que se vio sorprendido cuando se hallaba con otras personas en dicho establecimiento y que intentó evitar el altercado, no quiso ayer dar más importancia a lo ocurrido y expresó su deseo de no hacer declaraciones y de que el problema concluyera lo antes posible.

´PERROS DE PRESA´ La denuncia existente hasta el mediodía de ayer procedía de los agentes que participaron en la detención y con los que Cachola mantuvo un forcejeo, entre golpes e insultos, como "venid a por mí, que sois los perros de presa del alcalde", según un camarero del local. Al menos un agente resultó con lesiones leves.

Todos los testimonios recogidos indican que Antonio Olivera se encontraba alterado por el consumo de alcohol. En un primer momento, se acercó al concejal para valorar su gestión e invitarle a asistir, con el alcalde y con Monago, a la final del próximo domingo en el campo José Pache --"porque esto es de todos", parece que dijo--, en la que se espera que el Cerro de Reyes ascienda a la Segunda División B tras el gran resultado del domingo en Los Barrios (0-1). Pero a los pocos minutos, el empresario volvió y comenzó a criticar a voces la labor de "la derecha".

La actitud de Cachola se volvía agresiva por momentos y se dirigía tanto al concejal como a las personas que se encontraban con él, quienes le pidieron que se marchara.

Fue entonces, según un camarero y según contó el concejal después, cuando dio "un tortazo" a uno de los presentes. Cuando intervino el propietario del local para pedirle que se marchara, "le dio un bofetón a mi jefe", según aseguran las mismas fuentes, corroboradas también por la esposa del propietario del establecimiento.

El dueño del local avisó a la policía municipal y Antonio Olivera comenzó a golpear los cristales de la cafetería. Cuando llegaron los agentes, los primeros no pudieron controlarlo, por lo que se avisó a la Policía Nacional. "Tres coches tuvieron que venir porque no podían con él", comentó un camarero.

OTRO GOLPE La esposa del propietario del bar pacense señaló que "mi marido lo echó porque había golpeado a un cliente y fue cuando le dio a él".

Según los testimonios recogidos a lo largo de la jornada, Cachola ya se encontraba en esos momentos en el establecimiento cuando llegaron al mismo Rodríguez de la Calle y Arribas.

Este diario intentó comunicar por via telefónica y por sms con Antonio Olivera, con la intención de conocer cuál era su versión de los hechos, sin que al cierre de esta edición hubiera respuesta por ninguno de los medios citados.