Cuando se pregunta por Ronaldinho en el Camp Nou, siempre se oye la misma respuesta: "Está trabajando bien". Lo dice Rijkaard, el técnico; lo dice Laporta, el presidente; lo dice Txiki Begiristain, el secretario técnico. Pero el brasileño no avanza y ha perdido incluso la eficacia que tenía a balón parado. El sábado, en Sevilla, tiró cinco faltas y no transformó ninguna. Parece atrapado por la ansiedad, necesitando demostrar en cada jugada, quién es. Pero sin estar como antes, los rivales lo siguen respetando. Bernd Schuster, el técnico del Madrid, lo demostró ayer en Radio Marca: "Creo que es recuperable. Es un tipo de jugador que me gusta y que podría tener en uno de mis equipos", declaró el técnico alemán, atribuyendo su declive a la falta de entrenamiento. "Para estar bien tienes que trabajar todos los días, entrenarte a gusto, sudar y lanzar 30 faltas cada día para estar tranquilo en el campo", añadió Schuster.