Públicamente se prodiga poco. Félix Campo García (Salamanca, 4-2-59), presidente del Cacereño, vive sus mejores momentos en el club, líder del grupo IV de Segunda División B y convertido ya en una sociedad anónima deportiva. En esta entrevista repasa la actualidad del club y habla definitivamente sobre la aspiración de ascender a Segunda, posibilidad en la que muy pocos habían pensado a principios de temporada, sobre todo teniendo en cuenta que el club acababa de dejar la Tercera. Y en el horizonte, la Primera.

¿Pensaba, a principios de temporada, que su equipo podría llegar a ser líder de Segunda B?

--Después de ver a todos los jugadores en la concentración de Valdecaballeros en pretemporada, salí con el convencimiento de que teníamos un grupo humano con una gran ilusión y juventud y esto se transforma en lo que actualmente tenemos.

¿Cree realmente que el Cacereño puede ascender?

--Actualmente ocupamos el puesto de líder, algo positivo, pero si estamos al final de la temporada entre los cuatro primeros y participamos en la liguilla de ascenso, sólo con esto tenemos el 25 por ciento de posibilidades de ascender, igual que los demás equipos restantes, ¿por qué no vamos a ascender?

A nivel personal, ¿se ha arrepentido alguna vez de hacerse con las riendas del Cacereño?

--Se pasan situaciones y momentos muy desagradables e incómodos, sobre todo cuando vas con una intención sana y te encuentras que te han engañado, pero todo se supera y se lucha para sacar adelante este proyecto tan bonito que es intentar colocar a un club en el lugar que se merece.

Ahora, como sociedad anónima deportiva, ¿a qué aspira el club?

--Lo de ser sociedad anónima o ser club social no afecta para nada a los objetivos marcados. El club tiene que estar dentro de los mejores, independientemente de que sea SAD o no lo sea.

En su día habló de llevar el equipo a Primera. ¿Lo ve factible aún?

--Si ascendemos este año, que todos lo deseamos, nos queda un obstáculo menos que librar, pero de cualquier forma estaremos siempre en la misma lucha.

¿El Cacereño será una empresa rentable?

--Si lo colocamos en la división de oro y sabemos administrar los recursos propios, debemos ser rentables. Actualmente si no nos ayudan las instituciones, la rentabilidad brilla por su ausencia porque abrir el campo por la mañana supone unos costes importantes.

Detrás está el contencioso con el anterior presidente, Angel Carrasco, que todavía está en el aire. ¿Cómo está el asunto actualmente?

--Actualmente tenemos una querella criminal por estafa procesal. Pensábamos que las diferencias se arreglarían amigable y coherentemente con con el anterior presidente, pero éste nos sorprende reclamándonme algo que él sabe que no se le debe, sino todo lo contrario, por lo que tenemos que tomar medidas contra él.

¿Usted llegó el Cacereño para hacer negocio o por afición al fútbol?

--En principio, como ya he manifestado en ocasiones anteriores, siempre he tenido vínculos con Cáceres al ser una ciudad que he transitado muchas veces por mis negocios y por tener clientes. Siempre me ha llamado la atención el estadio Príncipe Felipe y cuando me propusieron el participar en este club me hizo ilusión la idea y me lancé sin conocer realmente lo que había detrás de todo esto, presentándome una situación falsa que he tenido que soportar. Que me digan dónde está el negocio.

Una pregunta casi personal. ¿No ha arriesgado usted mucho con la vuelta de su hijo al equipo?

--No. El riesgo se corre al contratar un equipo. Hay que valorar los datos y las informaciones de las que se disponen para decidir. En el equipo de este año se contrastó todo y lógicamente yo conozco sobradamente la capacidad del portero. El resultado final, bajo mi punto de vista, ha sido un acierto en toda la plantilla. Si actualmente tuviera que contratar el equipo de nuevo, no descartaría a ningún jugador de los que tenemos. Son los mejores y los resultados lo confirman.