Uy, al palo! Ayer (el miércoles para mí), tras 54 días de confinamiento, escribiendo todos y cada uno de ellos, excepto dos días que me lo impusieron, estuve a punto de mandar todo mi prestigio como columnista y la apuesta al garete… y es que a las 20:04 me acordé que no les había mandado la columna. Estaba fuera de casa, había salido a comprar. Acababa de terminar la entrevista con el golfista Jorge Campillo, que no conocía personalmente y es un crack auténtico, un buen descubrimiento, y me acordé ya estando en el coche.

Poco se podía hacer, me puse bastante nervioso, todo hay que decirlo, hasta que de repente se me encendió la bombilla, «Luis, este mediodía compartiste la columna para que la revisaran…», ¡Uf! Menos mal, enseguida se la mandé a Javier y solucioné la papeleta. Si es que una vez abierta la veda de las salidas, que por cierto, vamos a entrar en la fase 1 y yo no tengo claros aún los horarios de la fase 0, tengo aún menos tiempo, porque sigo haciendo lo mismo que antes y además salgo a pasear y/o hacer deporte.

Hoy hubiera sido nuestro último partido de liga regular, frente al GBC. Según la lógica, probablemente ellos hubieran estado jugándose el ascenso y nosotros peleando (vamos a ser optimistas) por el factor cancha de los playoffs. Seguimos sin saber qué pasará, tenían de plazo hasta el 15 de mayo para tomar una decisión que lógicamente no será justa para todos pero que hay que tomar.

Sinceramente tengo días en los que veo que podemos jugar y otros que abro los ojos y lo veo muy complicado. A día de hoy no sabemos cómo evolucionaremos, si será viable llevarnos a todos juntos a las mismas instalaciones, hacer los desplazamientos, traer a los jugadores de otros países (y que tengan permiso para viajar o salir de su país), hacer test a todos los participantes y además trabajadores del hotel y el pabellón donde vayamos a jugar… no sé, son muchas pequeñas trabas que todas juntas hacen que haya días en los que lo vea muy difícil.

En nuestro ámbito necesitamos estar presentes, lógicamente, y tener contacto físico, por eso es tan difícil dar con una solución para continuar la competición, pero la verdad es que me sorprende que en varios sectores, como por ejemplo la educación, administración o muchos puestos de trabajo, no se hayan puesto las pilas para seguir con las rutinas de la manera más normal, porque en muchos casos se podía haber hecho sin problema.

Me consta que hay muchos profesores que sí que hacen videoconferencias con clases, bien en directo o grabadas, pero debería ser algo común a todos y no depender tanto de la responsabilidad del profesor o del centro.

Por otra parte, antes de acabar la columna y de que se me olvide, hoy empieza la carrera de la AECC en marcha, en formato digital (un ejemplo más de adaptación a las nuevas circunstancias). Acabará el domingo 10 de mayo a las 12.00 del mediodía, y ¿sabéis a quién han convencido para que presente la gala de la llegada? ¡A mí… si es que me dejo liar, no puede ser! Así que como tenía pocas cosas que hacer, ahora tengo que prepararme un ‘guioncillo’, una pequeña entrevista con Soraya Arnelas e intentar que Jorge Luengo no haga conmigo lo que quiera mientras hace los trucos en directo, porque yo me quedo embobao con la magia.