Dentro de la pista no faltó nadie. Fuera sorprendió una protesta de un grupo de afectados por las preferentes de Caja Extremadura que armados con pitos, cacerolas y alguna bocina empezaron a hacer ruidos para que se escucharan sus quejas. Los jugadores, acostumbrados a un silencio mayor, no se inmutaron, aunque entre el público sí surgió cierto nerviosismo.

También hubo nervios fuera cuando la Policía Nacional invitó a los protagonistas de la protesta a marcharse. "Nos quieren echar de la plaza", gritaban. Para calmar los ánimos apareció José Antonio Monago, que protegido por una gorra veía la final del Cáceres International Open en uno de los palcos. Y sus palabras surtieron efecto. La protesta se acabó, ya solo importaba el pádel.

Casi nadie quiso perderse la final. Solo faltó la alfombra roja, aunque la moqueta era de ese color. El palco estaba repleto. Entre todos los presentes sobresalía José Manuel Calderón, al que acompañaba su amigo Huecco. La alcaldesa, Elena Nevado, el presidente de la diputación, Laureano León, Carlos Floriano, varios concejales cacereño... El postureo , el nuevo hit de la era internet, se puso las calzonas de pádel en Cáceres.