No será la primera vez que el Cacereño dispute un partido de Segunda División B en Miajadas. El precedente se remonta al 1 de febrero del 2003, cuando se enfrentó al Díter Zafra en la localidad miajadeña por los incidentes de público en un encuentro anterior.

El episodio acabó con 1-1 en el marcador y fue polémico en su momento porque jugadores de ambos equipos acabaron agrediéndose en el túnel de vestuarios. Y con el tiempo se ha acabado convirtiendo en poco menos que paradójico: el presidente del Díter era entonces Antonio Martínez Doblas, actual propietario del CPC, y su entrenador, Angel Marcos, que es el director general del club verde. Qué vueltas da la vida.

El Cacereño se adelantó en el marcador en el minuto 27 por mediación de Nacho Garrido, que protagonizó un momento emotivo cuando se abrazó con algunos de los numerosos aficionados que se desplazaron hasta Miajadas para apoyar a su equipo. Sin embargo, el choque cambió de orientación un minuto antes del descanso, cuando una supuesta agresión de Jurado a Israel le obligó a abandonar el campo. Macías estableció el empate en el primer minuto del segundo tiempo y el marcador ya no se movió más.

Futbolistas cacereños y zafrenses, que tenían cuentas pendientes de la temporada anterior, se desafiaron y llegaron a golpearse antes de entrar en los vestuarios. La Guardia Civil tuvo que intervenir también para proteger al árbitro del choque, Ortiz García.