La Premier debe tener resuelto el problema operativo de entregar el trofeo de campeón. Necesitará dos ejemplares para cumplir con la tradición a la misma hora y a una distancia de casi 450 kilómetros. Una copa se trasladará a Brighton y la otra a Liverpool, donde estarán los dos únicos candidatos para llevársela a casa -da igual a quien le toque la réplica o la original- tras la formidable pugna que han mantenido.
A las 16 horas comenzará el último episodio de la apasionante temporada de la Premier con el Brighton-Manchester City y el Liverpool-Wolverhampton. El equipo de Pep Guardiola va por delante (95 puntos a 94) y visita a un rival (17º) salvado del descenso. Bruno Saltor se retira en las filas locales. El de Jürgen Klopp recibirá en Anfield a otro rival que tampoco se juega nada, pero que es séptimo. El City puede revalidar el título, algo que no ha sucedido en la última década.
«Sabemos el mundo en el que vivimos y sabemos que seremos juzgados», explicó Guardiola, con la naturalidad de quien se ha encontrado muchas veces ante momentos definitivos, con más triunfos que derrotas. «Ya vimos en la Liga de Campeones cuando fuimos eliminados que todo el mundo destruye al equipo, destruye al entrenador, destruye al club...»
Guardiola, evidentemente, no se quejó. «Estamos en la situación ideal: celebraremos el título o felicitaremos al Liverpool», aseguró el técnico de Santpedor, que calificó de «sueño» el privilegio de que el City dependa de sí mismo para sumar la segunda Liga consecutiva -la cuarta en ocho años- cuando llegó a estar a 7 puntos del Liverpool en enero. Los citizen han encadenado 13 victorias seguidas.
El Liverpool se ha quedado en 8, y los 5 empates le hicieron perder la ventaja obtenida. Los rojos no ganan la Liga desde 1990, cuando todavía no era ni la Premier. Anfield todavía es una fiesta desde la eliminación del Barça por 4-0 en la Champions el pasado miércoles. El equipo está a un paso de los dos títulos mayores. Se los tiene que ganar.