El Extremadura Pines se relaja y lo paga caro. Su última derrota el sábado en casa ante un rival asequible como el Mijas por 25-29 lo demuestra. Con la permanencia conseguida, el equipo está comodón y el entrenador Antonio Antúnez se muestra preocupado porque quiere intentar revertir cuanto antes esta tendencia. Quedan cinco partidos y hay que encontrar de nuevo el tono. Antúnez asegura que no se puede estar siempre exigiendo el cien por cien al equipo, ya que a veces hay que dejar que sean los propios jugadores los que den ese paso. Y eso no sucedió el pasado sábado. También había mucho miedo en el cuerpo técnico por ver cómo afrontaba el equipo la baja de Javi Montoro, por motivos personales. Además, Rodrigo Acero sufrió la muerte de un familiar y tampoco pudo dar un recambio a Borja Presumido cuando le hizo falta.

Los pacenses ya iban perdiendo al descanso por seis goles. En la reanudación, sólo el pundonor y el orgullo de algunos jugadores mantuvo al Extremadura Pines con ciertas opciones.

De los cinco encuentros que quedan especialmente complicados son el siguiente, ante Malagueta y el último en casa ante el líder, Universidad de Granada. El resto, en casa ante Petrer, en Lorca y en Puertollano, deberían ser al menos asequibles.