El presidente del Cacereño, Félix Campo, declaró ayer que confía "a ciegas y a muerte" en el equipo y en el entrenador, Ismael Díaz, pese a los últimos y malos resultados, que han dejado a los verdes momentáneamente de la liguilla de ascenso a Segunda División.

Campo afirma que el Cacereño "todavía tiene muchas opciones" de entrar entre los cuatro primeros al final de la competición regular. "Tenemos un buen calendario, con dos partidos en casa asequibles (Melilla y Motril) y tres fuera en los que creo que podemos hacer cosas (Mérida, Ceuta y Torredonjimeno)".

En su opinión, el actual quinto clasificado "no tiene presión" para conseguir una plaza entre los que luchen por el ascenso a Segunda. "Nuestro objetivo ya lo conseguimos en enero, cuando más o menos logramos la permanencia; si ahora no estamos, no pasa nada, ya que aquí lo difícil es quedar entre los cuatro primeros", incidió el presidente.

Félix Campo manifiesta estar muy orgulloso del trabajo del equipo y del entrenador durante la temporada. "Yo mismo les felicité, por ejemplo, cuando perdimos con el Ecija en casa y el sábado ante el Ciudad de Murcia nos faltó suerte también".

No quiso entrar en las quejas del entrenador sobre los árbitros, que se han repetido últimamente, aunque dejó claro que, bajo su punto de vista, lo ha hecho con razón. Tampoco profundizó sobre la polémica generada con un sector de la prensa y la desaparición de hombres clave de la alineación. "Ahora no están por bajo rendimiento, no hay que darle más vueltas", dijo.