La operación Oikos que investiga el presunto amaño de partidos de LaLiga se ha convertido en una pesadilla para el Real Valladolid después de que unas grabaciones cuyo contenido fue desvelado por El Mundo apuntaran a la implicación de hasta siete jugadores del conjunto pucelano en la trama de apuestas ilegales encabezada por los exfutbolistas Raúl Bravo y Carlos Aranda. Las sospechas se centran en el partido que el Valladolid y el Valencia disputaron el 18 de mayo en el estadio José Zorrilla y que concluyó con victoria del equipo visitante por 0 a 2. La revelación ha causado una profunda conmoción en el fútbol español, aunque las posibilidades de que el club controlado por Ronaldo Nazario reciba una sanción deportiva son en este momento muy remotas.

«Había siete jugadores comprados, nada más», asegura Carlos Aranda en una de las conversaciones telefónicas que obran en poder del juez que dirige la investigación. En otra de las llamadas intervenidas, Aranda le da instrucciones a un amigo para que haga su apuesta. «Mira, hermano, el Valencia gana la primera parte y la segunda, ¿vale? [...] O sea, que gana la primera parte y el partido lo gana también. No que gana, que tiene que marcar dos goles en las dos partes». El Valencia marcó en los minutos 36 y 52.

Uno de los futbolistas del Valladolid señalados es el excapitán Borja Fernández, que ante el Valencia disputó su último partido como jugador blanquivioleta. Los investigadores atribuyen el papel de mediador entre la trama y varios miembros del equipo. Fue detenido en la operación policial del 28 de mayo y salió en libertad bajo fianza de 50.000 euros, el papel de mediador entre la trama y varios miembros del equipo.

SORPRESA / La difusión de las grabaciones disparó ayer la alarma en el Valladolid, que publicó un comunicado en el que manifiesta su «sorpresa, desconocimiento e indignación» por las informaciones aparecidas, expresa su «máximo respeto» y voluntad de «colaboración con la Justicia» y anuncia una «investigación interna» a los jugadores convocados para enfrentarse al Valencia.

El deseo del Valladolid de desmarcarse de cualquier posible conducta ilícita de sus futbolistas es del todo comprensible. Mientras no se pruebe que el club tenía conocimiento del presunto amaño (y por el momento no ha trascendido ningún indicio que apunte en esa dirección), es muy improbable que la justicia deportiva lo sancione con una pérdida de puntos o un descenso directo (circunstancia esta última que favorecería al Girona, que terminó en 18ª posición, a cuatro puntos del Valladolid, que fue 17º).

En cualquier caso, la Real Federación Española de Fútbol no iniciará actuación alguna mientras no se levante el secreto de sumario. Cuando eso ocurra, y si queda probado que el amaño existió, puede abrir un expediente extraordinario.