Llegarán 40", pronostica en la meta de Limoges Eusebio Unzué, tras un maravilloso esprint, el mejor de todos los disputados hasta ahora y ganado (foto finish mediante) por el alemán Marcel Kittel. "Estoy mejor que al final de la primera etapa, mejor que tras la segunda etapa pero igual que tras la tercera", afirma Alberto Contador, también en Limoges, donde con sol y calor, ambiente puro de Tour, hace mejor cara; o, al menos, ha eliminado la de sufrimiento por los accidentes.

Festeja Contador que no se haya vuelto a caer y ya empieza hacer planes pensando más allá del estreno montañoso de este Tour, este miércoles en el Macizo Central, paisajísticamente una cordillera de encanto, sin cuestas de grandes porcentajes, pero prácticamente sin un tramo llano en los últimos 77 kilómetros de la etapa con cinco puertos encadenados uno detrás de otro.

Por accidente, más que por buscar el liderato, Alejandro Valverde puede salir líder en el Macizo Central, con permiso del emergente corredor francés Julian Alaphilippe, segundo de la general, y siempre con la consideración de que Peter Sagan, ahora el primero de la clase, sucumbirá en la primera montaña de la prueba. "Pero nosotros no vamos a arriesgar ni a controlar la carrera porque el objetivo de la carrera está con Nairo Quintana", añade Unzué como máximo responsable del Movistar.

Valverde elude comentarios sobre su presunto liderato (siempre por accidente), ya que solo quiere hablar de Quintana. Pero si se le fuerza y se busca otra respuesta, entonces responde y se sincera. "Si se da la oportunidad no se la dejará escapar".