Mérida Unión Deportiva: Ortiz; Charly, Ito, Francis, Nandi; Abela (Ordóñez, min. 76´), Luisma (Aguinaco, min. 55), Mendo (Jorge, minuto 51); Borja, Angelito y Christian Seubert.

Moralo CP: Carrasco; Dani, Pablo, Asiel, Arellano; Pintado, Fran Mancha (Emilio Gil, minuto 65), Miguelín (Toribio, minuto 83), Juanjo (Tortu, minuto 88); Villa y Pulido.

Arbitro: Castillo Peláez. Amonestó por los visitantes con la tarjeta amarilla a Dani, Juanjo, Asiel y Pablo. Ninguna cartulina para los locales.

Incidencias: Alrededor de 650 espectadores en el estadio Romano de Mérida. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de la madre de Javier Serradilla, que fuera preparador físico del Mérida la temporada pasada.

El Mérida, poco propenso a fallar desde el comienzo de la segunda vuelta, tropezó en el momento menos esperado: a falta de dos semanas y con el Jerez escamoteándole la cuarta plaza tras su victoria en Arroyo. Aún así, a pesar de las malas sensaciones que desprendió anoche en el Romano, el conjunto de Bernardo Plaza continúa dependiendo de sí mismo para disputar play off de ascenso. Incluso según los resultados de Don Benito y Santa Amalia en estas dos últimas jornadas, podría valerle sólo con ganar al Jerez en el último partido en Mérida.

Pero para eso deberá mejorar sus prestaciones. Aunque mereció ganar de largo a un Moralo muy rácano, el Mérida careció de fluidez en ataque. Lo intentó con tantas prisas y tanta ansiedad que casi todo lo hizo mal. En la primera parte porque sólo fue capaz de crear peligro rematando de cabeza balones colgados al área y en la segunda porque, a falta de transición y acierto en el medio del campo, se limitó a trasladar el balón verticalmente.

Estancado en el banquillo Emilio Tienza por decisión técnica, Bernardo Plaza sustituyó en la segunda parte a sus tres centrocampistas creadores (Luisma, Mendo y Abela) por dos más propensos a atacar (Jorge y Aguinaco). La tercera sustitución fue la entrada de Ordóñez, que apenas participó, principalmente por los escasos y malos balones que le llegaron. Incluso el debutante Christian Seubert, que arrancó siendo el mejor de los suyos, acabó apagado.

El Moralo, con evidentes muestras de pérdidas de tiempo desde el inicio, apenas apareció por las inmediaciones de Ortiz. En una ocasión llegó en la primera parte, con un disparo desde la frontal de Fran Mancha en el 9´; y en dos en la segunda, con un cabezazo del propio Mancha en el 63´ y un tiro de Villa a media distancia que Ortiz despejó. Y eso que el Mérida, volcado, le dejaba.