El juez envió ayer a prisión a los exjugadores del Real Madrid Raúl Bravo y Carlos Aranda, a quienes los investigadores de la Unidad de Delitos Económicos y Violentos (UDEV) considera los cabecillas de la supuesta mafia acusada de amañar partidos de Primera y Segunda División y ganar apuestas. El fiscal solo había solicitado para ellos prisión provisional eludible con fianza de 100.000 euros, pero Ángel de Pedro, titular del Juzgado de Instrucción nº 5 de Huesca, que investiga los hechos, dictó su ingreso en prisión tras negarse ambos a declarar.

Las comparecencias de los otros seis detenidos por los presuntos amaños se han saldado con la puesta en libertad, con distintos cargos por diversos delitos de corrupción, blanqueo, estafa y organización criminal y el pago de fianzas que van de los 50.000 a 100.000 euros.

El primero de los jugadores en declarar fue el exfutbolista del Valladolid Borja Férnandez, que salió una hora después en libertad con cargos por presunta corrupción y cooperación en estafa, tras el compromiso de pago de una fianza de 50.000 euros.

AQUEL HUESCA-NÁSTIC / El juez ha admitido que la investigación se inició a partir de una denuncia de la Liga de Fútbol Profesional relativa al presunto amaño del partido Huesca-Nástic de Tarragona, que generó unas apuestas en torno a 1,2 millones de euros, diez veces más que las habituales para un partido de Segunda División.

Las pruebas obtenidas por la fiscalía, en primera instancia, y posteriormente por el juzgado instructor encargado del caso, tanto escuchas telefónicas, como registros y análisis de cuentas bancarias, derivaron en la detención de los investigados.

En las próximas semanas el juez que dirige la investigación acordará nuevas pruebas para continuar con la instrucción de un caso sobre el que pesa todavía la declaración de secreto de sumario.