Cara y cruz en lo extradeportivo en la vuelta al trabajo de la plantilla azulgrana. Primero, y en la llegada a la Ciudad Deportiva, la desagradable sorpresa de no poder acceder con los vehículos a la misma. La empresa constructora que se quedó con los terrenos que antes formaban parte de la instalación deportiva, y ahora la rodean, decidió trabajar ayer en los accesos y tenía cerrado el paso a los vehículos. Los jugadores tuvieron que entrar por el barrizal en el que se ha convertido la entrada y lamentaban la sorprendente situación. Sobre todo porque la plantilla ha estado más de una semana de vacaciones. Y en el ayuntamiento, propietario ahora de los campos de entrenamientos, siguen sin saber, o sin querer saber, algo de estos asuntos. El contrapunto estuvo en la salida de los jugadores del entrenamiento. La de ayer fue jornada de cobro. La mitad del mes de noviembre que se les adeudaba se les iba a hacer efectiva y había sonrisas.