Martes, 1 de agosto del 2000. Se consuma el descenso del Mérida CP a Segunda División B al no presentar ante la Liga de Fútbol Profesional el aval de 180 millones de pesetas necesario para sufragar la deuda contraída con un grupo de jugadores del equipo. La jornada previa, como la de ayer --como la de muchos otras ocasiones, ya que nada de esto es nuevo en Mérida--, fue muy intensa. Hasta última hora se negoció para mantener en la división de plata al equipo que había llevado a Extremadura a la máxima categoría del fútbol nacional. Pero no fue posible. Ese día empezó la debacle.

Durante todo el mes de agosto la plantilla siguió entrenando y preparándose para salir en Segunda B. Muchos jugadores se fueron. Pero el proyecto seguía ilusionado a la ciudad, que mantuvo el apoyo en forma de abonados al club.

Pero las negociaciones que se prolongaron durante todo el mes no sirvieron para nada. El que era presidente del club, Manuel Molina, y el expresidente José Fouto, lo intentaron de diversas formar. Pero no había solución. La deuda del Mérida ascendía a 1.300 millones de pesetas (según la auditoría) y el jueves 31 de agosto del 2000 se consumó la desaparición del Mérida CP. Ese mismo día nació el Mérida UD, que en su primera temporada compitió en Tercera y que ahora sigue los pasos de su antecesor en el fútbol emeritense.