Buena parte de las esperanzas del Cáceres Patrimonio de la Humanidad de permanecer en la LEB Oro caen sobre los anchos hombros de Dan Trist (Wahroonga, Australia, 29-8-1992). Él lo asume con naturalidad. «Prometo que nos salvaremos», soltó con tranquilidad al final de la entrevista con este diario, a media tarde de ayer. Antes habló de muchas más cosas. Y no solo de basket.

Trist creció cerca de Sydney. Practicó varios deportes, incluyendo el rugby, pero se quedó con la canasta. «Tenía muchos amigos en mi equipo. Vi que se me daba bien, seguí... y aquí estoy», cuenta. Donde está es en un equipo que le necesita mucho en estos tres partidos que restan para amarrar la continuidad en la segunda categoría nacional.

Promedia 13,1 puntos y 8,5 rebotes, justificando el hecho de ser el jugador mejor pagado en los últimos casi diez años en este club. «Tenemos que jugar los tres partidos como los más importantes de nuestra vida porque son los tres más importantes para el club. Son difíciles, pero tenemos que salir como lo hicimos ante Palencia y Ourense. Y, si es así, todo irá bien», sostiene.

Según su idea, hay que ganar al menos dos entre las citas ante Melilla, Granada y Canoe. «Solo una victoria sería muy arriesgado y no quiero llegar al último día sin estar salvados», apunta.

Trist invita a sus compañeros a mantener la línea de los últimos encuentros. «La defensa ahora es mejor respecto a cuando llegué. Estamos más unidos. Y en ataque, tenemos que compartir el balón como hacemos ahora. Nadie mete 20 puntos, pero varios llegamos a 8, 10 o 12. Si miras a los equipos a los que les va bien en España, es lo que hacen. Es jugar razonablemente», analiza.

Y es que, asegura, «lo mejor para el equipo es que yo no tire tanto. En algunos partidos puedo hacerlo, como en Palencia, pero es preferible que aporte cosas en otros aspectos del juego».

MINUTOS Y TIROS / Eso sí, no se puede quejar de que le falte protagonismo: en los dos últimos encuentros casi ha estado los 40 minutos en pista. «Ya sé que no es muy habitual en el baloncesto europeo, pero estoy dispuesto a ayudar como sea: luchando, defendiendo, poniendo bloqueos a mis compañeros. Es mejor jugar así que tirando todo el rato».

No ve Melilla el próximo sábado «imposible», pero parece confiar más en amarrar la del Granada la siguiente jornada. «En casa somos más fuertes, como demostramos ante el Ourense. Nos ganaron por los cuatro triples seguidos que nos metieron al final y porque... bueno, no quiero hablar de los árbitros»

Atrás parece quedar por fin el funesto partido de Prat y su sonrojante derrota. «Aquel día se demostró otra vez que en esta liga cualquier equipo te puede hacer eso si te relajas», sentencia.

Paralelamente también está disfrutando de su momento personal en Extremadura, «una región muy bonita, con un clima que me va bien». Sus dos equipos anteriores en España habían sido norteños (Oviedo 2015-16 y Ourense 2017-18), por lo que está aprovechando para conocer lo que tiene cerca. Ya ha viajado con su novia, Kahli, a lugares como Mérida, Sevilla y, más recientemente, Lisboa. «Nos está encantando. Mi chica es profesora en un colegio, pero se ha venido aquí a estar conmigo, a relajarse, a conocer España. Está siendo una gran experiencia», explica.

Cuando acabe en Cáceres se unirá a los South East Melbourne Phoenix, una nueva franquicia de la NBL australiana. «Quiero jugar en la ACB, una liga fascinante, pero la oferta allí era interesante. Espero tener un buen papel y quizás tener otra opción aquí». Antes sabe que tiene una promesa que cumplir.