Tres clubs extremeños llegan con la soga al cuello a la recta final del campeonato en el grupo IV de Segunda B: Cacereño, Villanovense y Mérida.

Dado que los de Ismael Díaz tienen la salvación directa a nueve puntos, los de José María Calvo a trece y los de Andrés Tébar a diecisiete más otro del goal-average , parece claro que cualquiera de los tres se marca como balsámico objetivo el de disputar la promoción para la permanencia. Y, desgraciadamente, sólo uno podrá conseguirlo. Los otros dos caerán al pozo de la Tercera División.

Así las cosas, el objetivo de la promoción parece algo más accesible, pues el Cacereño la tiene a tres puntos, el Villanovense a siete y el Mérida a once. El problema es que tanto Cacereño como Villanovense deben visitar al Betis B. Al Mérida le queda el consuelo de tener mejor goal-average que el filial bético.

Accesible, sin embargo, no es sinónimo de fácil. Como se puede comprobar en el gráfico adjunto, desde que la victoria vale tres puntos, la media para disputar la promoción asciende a 43,13 puntos entre los cuatro grupos de Segunda B.

Sobre un total de 32 casos, por debajo de esa cifra de puntos sólo promocionaron doce equipos. La cota más baja se sitúa en los 39 puntos sumados por el Logroñés B en el grupo II en la 95-96, pues el Talavera también sumó 39 puntos en el grupo IV en la 99-00 pero jugó dos partidos menos a causa de la retirada del Polideportivo Almería.

Caso de repetirse la necesidad de sumar 43 puntos para poder promocionar, el Cacereño estaría a 19 del objetivo, el Villanovense a 23 y el Mérida a 27. Y sólo quedan 33 puntos en juego.

Ningún equipo extremeño ha jugado esta ronda de repesca desde que la victoria vale tres puntos, hace ocho temporadas.

Lo cierto es que las credenciales que presentan Cacereño, Villanovense y Mérida no invitan al optimismo. El Cacereño encadena siete derrotas. El Villanovense, en las diez últimas jornadas, sólo ganó un partido y empató otro. Y el Mérida suma nueve jornadas sin ganar ni marcar (823 minutos de sequía goleadora) en las que únicamente consiguió tres empates.

CRISIS INSTITUCIONAL El caso del conjunto romano es especialmente preocupante, pues a su pésima clasificación (colista) hay que sumar la crisis institucional en que se encuentra. A los jugadores les deben tres nóminas y cinco a los empleados.

La jornada de ayer era la fecha límite para que futbolistas y empleados decidieran poner en práctica medidas de presión o seguir confiando en la palabra de la cúpula de la directiva.

Los jugadores decidieron dar un voto de confianza a presidente y vicepresidente. La decisión fue consensuada por el vestuario tras conversar telefónicamente el capitán, Mario Cubillas , con el vicepresidente, Javier Sauras, quien les aseguró que, a inicios de la próxima semana, pueden estar casi al día y que seguirán al frente del club pese al probable descenso a Tercera. La plantilla tomará medidas el miércoles si antes no se desbloquea la situación.

Los empleados, anoche, estaban pendientes de reunirse. Salvo sorpresas, pondrán su caso en manos de un abogado.