Félix Pedro Rivera presentó el pasado viernes su irrevocable dimisión como entrenador del Puebla y en el club poblanchino aún están intentando asumir la noticia de su marcha. El presidente, José Luis Rodríguez Campos, explicaba ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA que "no tenemos más remedio que aceptar su decisión, pero no la compartimos en absoluto". Y lo basa en que, "aunque yo sabía que no lo estaba pasando bien, tras las últimas derrotas y la dinámica en la que había entrado el equipo, tenía constancia de que contaba con nuestro absoluto respaldo y nuestra total confianza".

Rodríguez, que califica a Rivera como "un tipo muy honrado, un gran profesional que lo ha dado todo, incluso hasta su dinero en algunos casos, por el Puebla", reconoce que "lo que me duele es que se haya ido de la forma que se ha ido. Porque es un tío muy válido y hubiese sacado al equipo de la situación en la que está". Luego cuenta que se enteró "por una llamada suya, el día nueve y muy temprano. Me dijo que presentaba la dimisión, que era irrevocable su decisión y ni siquiera quiso hablar, y tampoco me dejó que yo lo hiciera. Eso sí me sorprendió y hasta me molestó y, además, bastante".

DURO VIAJE Rodríguez Campos explica que el viaje a Barcelona, donde el equipo jugó ante el líder Espanyol el pasado domingo, resultó "bastante duro por todos los acontecimientos y cómo se produjeron. Las chicas se preguntaban los motivos de Félix, el que no hubiese dado explicaciones... Pero había que cambiar el chip y ayudar a Antonio (Contreras) en todo lo posible". Luego confirma que "el equipo peleó a muerte por una victoria que querían ofrecer como homenaje de despedida y como muestra de cariño a su ya exentrenador. Pero no pudo ser. El equipo, como viene siendo norma, estuvo bien en la primera parte, en la que pudimos hacer un 1-3 o 1-4, y en la segunda nos vinimos abajo. Fue una lástima, pero ya hay que comenzar a pensar en el futuro que es lo que puede tener solución ahora".