ATLETICO DE MADRID 4: Leo Franco; Perea, Ujfalusi, Heitinga, Pernia; Raúl García; Maxi, Maniche (Assuncao m.71), Simao; Forlán (Luis García m. 70) y Agüero.

SCHALKE 04 0: Schober; Westermann, Howedes, Bordon, Pander; Ernst; Jones (Asamoah m. 78), Kobiashvili (Rafinha m. 65), Rakitic, Altintop; Kuranyi.

GOLES: 1-0: m. 19, Agüero, de cabeza. 2-0: m, 50, Forlán. 3-0: m. 81, Luis García. 4-0: m. 89, Maxi, de penalti.

ARBITRO: Franck de Bleeckere (BEL). Enseñó tarjeta amarilla a Ernst, Jones, Altintop, Pernía, Maxi. Expulsó a Ernst en el m. 88.

El Atlético vivió su noche más feliz en muchos años. Una jornada estival que será recordada para siempre por su afición. La noche en la que retornó a la elite internacional de la mejor de las maneras, con una goleada al Schalke en un encuentro vibrante, tenso, propio de la Liga de Campeones. Esta tarde estará en el bombo de la Champions (18.00 horas) y sabrá, al igual que Real Madrid, Villarreal y Barcelona, sus rivales en la fase de grupos.

Once años y cinco meses habían transcurrido desde que el Atlético no se veía en una cita como ésta. Los rojiblancos tenían ante sí la misión de escribir la página más brillante de su historia reciente, la misma que le ha escatimado triunfos y alegrías, la que le llevó a Segunda División después de una intervención judicial.

Al inicio, el Atlético tiraba de raza y a base de ella fabricó el primer tanto. Después de que Maxi avisase con un tiro lejano al poco de comenzar el duelo, y de que el propio argentino estuviese a punto de anotar tras un pase de la muerte de Tomas Ujfalusi. Al rato, llegó el tanto del Kun Agüero, que provocó el delirio del Calderón.

Luis Amaranto Perea, que en la jugada precedente había asistido a Diego Forlán para que éste estuviese al borde de la diana (su disparo fue despejado en la línea de gol por un defensor alemán), volvió a servir otro centro, esta vez a Agüero, que de cabeza puso el 1-0. Era el minuto 19 y el Calderón se volvió loco gracias a su mejor valor.

Tras el tanto, el instinto atlético se tornó conservador y el Schalke se encontró cómodo, con más posesión.

SEGUNDA PARTE Salió el Atlético en el segundo acto a por el encuentro. De nuevo el Kun, el mejor, fue protagonista. El argentino robó un balón al borde del área de los alemanes y lo cedió a Forlán. El uruguayo completó la obra al irse de dos defensores y marcar de disparo cruzado.

2-0 y 40 minutos por delante. El Atlético estaba en Liga de campeones. El sueño estaba más cerca, pero quedaba mucha tarea y mucha tensión. Los nervios estaban a flor de piel, porque al Schalke no le quedaba otra que buscar un tanto salvador y cerca estuvo de lograrlo. Pudo Westermann echar el jarro de agua helada en el minuto 68, pero solo estrelló el balón en el cuerpo de Leo Franco.

Jugaban los rojiblancos con fuego y con el corazón de la afición, que premió a Maniche, indultado por Aguirre para el compromiso, con una sonora ovación cuando fue sustituido por Assuncao.

El brasileño Rafinha, que también estuvo en los Juegos con su selección, dio aire fresco a su equipo en los minutos finales e hizo sufrir a la retaguardia del Atlético.

Pero apareció de nuevo el Kun, en el mejor de los momentos, para exhibir el genio que lleva dentro. Jugada y pase a Luis Garcia y 3-0. Misión cumplida. El Atlético tocaba el cielo. Pero quedaba más. Maxi hizo el cuarto de penalti y inundó de alegría el recinto. Se abre para el Atlético un futuro esperanzador con un sabor muy europeo.