No se hablaba de otra cosa en la concentración española, pero Luis Aragonés se empeñaba en quitarle importancia. La pelea del lunes entre Puyol y Vicente capitalizó buena parte de la comparecencia del entrenador ante los medios. "Fue una disputa por un balón que acabó en empujones, pero nada más. Todos queremos ganar y a veces en el fútbol suceden estas cosas. No creo que el incidente fuera tan importante como para tomar una determinación drástica. Son simples calentones", comentó Aragonés, que justificó su actuación en la trifulca . "¿Por qué no hablé con ellos en el campo? ¿Para qué, para dar más espectáculo? Lo hice donde lo debía hacer. Lo arreglamos en nuestra cocina. En el equipo no se le ha dado la importancia que vosotros le habéis dado. No sé si se dieron un abrazo pero se dijeron que no tenía ninguna importancia y para mí eso es lo mismo que si se dieran un abrazo".

También negó que los jugadores estén nerviosos: "tras ganar en Bruselas se han tranquilizado mucho porque ya no hay tanta presión".Los futbolistas también le restaron importancia. "Eso ha pasado siempre en el fútbol y seguirá pasando en el futuro. No pasa nada y no hay que darle ni más vueltas ni más importancia", señaló Iván de la Peña, que ironizó cuando se le preguntó si los púgiles se abrazaron tras el incidente: "Yo no lo he visto. A lo mejor se lo han dado en la ducha, pero han hablado y hay que olvidarlo".De forma parecida opinó Pablo Ibáñez, del Atlético:

"Eso ha pasado siempre en el fútbol y seguirá pasando en el futuro. No pasa nada y no hay que darle ni más vueltas ni más importancia", púgiles "Yo no lo he visto. A lo mejor se lo han dado en la ducha, pero han hablado y hay que olvidarlo"

"Son cosas del fútbol que pasan en cualquier equipo".