Pablo Gómez y Gregorio Parra fueron los grandes vencedores de la XXXIII edición del Rally de la Vendimia. Una prueba, disputada el pasado sábado en jornada maratoniana, que resultó tremendamente reñida por lo mucho que había en juego más allá del nada desdeñable honor de adjudicarse el botijo de plata con el que se premia a los ganadores. Los campeonatos de Extremadura de pilotos y copilotos estaban en juego. Isidoro Jiménez y Tomás Rodríguez pisaban los talones a Parra y Gómez y el trazado dictaría sentencia sin solución de continuidad.

Quizás por eso el ´Vendimia´ comenzó absolutamente encendido y el primer paso por los tramos de Feria, Jaime Ozores y Salvaleón fue una cuenta criba. Hasta nueve coches de la lista oficial de inscritos estaban fuera de carrera terminado el bucle . Incluso algún miembro de la organización se ponía las manos en la cabeza por lo que podía representar esa proporción cara al final. Pero se estabilizó la pugna y la cosa no fue a mayores y se cumplió la pauta.

Gómez y Parra ganaron el rally, el botijo y los campeonatos que estaban en juego. Pero Jiménez y Rodríguez se sumaron a la fiesta y concedieron entre todos una espectacularidad digna de elogio. No eran los únicos. Por detrás de ellos había otro pulso, el que mantenían Cándido Rovira y Carlos Boza. Al final el placentino ganó la partida al jerezano que, afianzándose en su nueva montura, está dispuesto a dar mucha guerra.

Quizás se desactivó demasiado pronto el duelo entre Oscar Gutiérrez y Juan Diego Pérez, a los que separaban 10 puntos en el campeonato de Extremadura y estaba la clase en juego. Pero el 309 del primero rompió a las primeras de cambio y se saldó el pulso.

Al final, en el Palacio del Vino y la Aceituna de Almendralejo, hubo fiesta por todo lo alto. Cientos de aficionados se dieron cita a pesar lo tardío del horario y aplaudió a rabiar la llegada de los distintos vehículos al parque cerrado y se sumó a la celebración de Gómez y Parra por los éxitos conseguidos.