Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers, la gran rivalidad de la NBA en el siglo XXI, vive a partir de esta madrugada su cuarto episodio consecutivo en las Finales, esta vez con los californianos como favoritos frente a un LeBron James ante el mayor reto de su carrera. En los Cavs se alinea el base extremeño José Manuel Calderón, que hará historia una vez más en su extensa carrera, aunque sus minutos en pista están siendo muy reducidos.

LeBron James se presenta a su octava final consecutiva y la novena de su carrera. Solo cinco jugadores más, todos ellos miembros de los Boston Celtics durante las décadas de 1950 y 1960, han llegado a al menos ocho Finales de la NBA. A sus 33 años y en su decimoquinta temporada, se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera profesional y viene promediando 34 puntos, 9,2 rebotes y 8,8 asistencias en las eliminatorias por el título.

Las opciones para los de Tyronn Lue pasan por emplearse a fondo en defensa y no mostrar su cara de la temporada regular (la segunda peor de la Liga).

Los Warriors, tras una liga regular en la que sestearon en ocasiones, se las apañaron para doblegar a Houston Rockets en la Final del Oeste tras ir abajo 2-3.

La ofensiva de Steve Kerr, con Kevin Durant, Stephen Curry y Klay Thompson a la cabeza, sigue siendo mortal sin brillar como en tiempos recientes, pero el esfuerzo defensivo llegados los momentos decisivos sigue rayando a gran altura con Draymond Green como abanderado. Para frenar a James los Warriors aún no saben si podrán contar con Andre Iguodala, con molestias en la rodilla izquierda.

En su ausencia, hombres como el propio Green o David West serán los encargados de marcar a la estrella de Cleveland. Pero la gran pregunta es quién lidiará con Durant. Y con Curry. Y con Thompson. Y con Green. Precisamente ahí es donde surgen las dudas tras la capa de superhéroe de LeBron.