Miró al cielo francés cargado de nubes y en una de ellas divisó al Chava Jiménez. Alzó el índice de la mano y levantó la vista. Hacía 12 kilómetros que Bjarne Riis, su director, le había comunicado que ya era el ganador del Tour 2008. Carlos Sastre cruzó la meta de la última contrarreloj de la mano del Chava, su cuñado, el mismo que corrió más rápido en la vida que sobre una bici hasta quedarse sin aliento y morir. Sastre, abulense, de El Barraco --un pueblo pequeño pero que sabe parir ciclistas (Angel Arroyo, el Chava y, por supuesto, el jersey amarillo--), se convertirá hoy, en París, en el séptimo ciclista español que conquista la ronda francesa y el tercero que lo hace de forma consecutiva.

Hoy saboreará el ambiente de los Campos Elíseos con el jersey amarillo. Hoy subirá a lo más alto del podio parisino, con la imperturbable y colosal imagen del Arco del Triunfo a las espaldas, como principal abanderado del que puede o tal vez ya es el mejor año de la historia para el ciclismo español. Sastre triunfará hoy en el Tour después de que Alberto Contador ganase el Giro. Vencerá como antesala de unos Juegos Olímpicos en los que participará como integrante de la mejor y más potente selección de ruta. Y lo hará antes de que él mismo pelee por la victoria en una Vuelta que alcanzará la mejor y mayor intensidad de las últimas décadas con el apasionante duelo en las carreteras españolas entre los dos últimos vencedores de la grande boucle.

PEREIRO Y CONTADOR Tres Tours consecutivos. Sí. Tres. Lo nunca visto. Y con tres corredores distintos. Oscar Pereiro, en el 2006, aunque sin la fortuna de haber podido pasear de amarillo por París por culpa de un tramposo llamado Floyd Landis, desposeído de toda gloria por su abrazo al dopaje. En el 2007, Alberto Contador, el niño travieso, el futuro del ciclismo mundial, el chico que se fue a Italia sin conocer casi ni la comida y estando de vacaciones y acabó en Milán vestido de rosa. Y, ahora, Sastre (33 años y 3 meses), el veterano, el cuarto corredor que triunfa en París a más edad después de la Segunda Guerra Mundial. Gino Bartali (1948) ganó la prueba con 34 años, Joop Zoetemelk (1980) lo hizo a los 33 años y 7 meses, mientras que Lance Armstrong, en su séptimo Tour, tenía 33 años y 10 meses.

El abulense Carlos Sastre, además, ya reina en el año grande del ciclismo español, con Alejandro Valverde triunfando en las clásicas y el Dauphiné Libéré y con Oscar Freire, tricampeón del mundo, y que hoy acompañará al abulense en el podio de París, en los campos elíseos, como vencedor de la regularidad con su flamante uniforme verde. Sastre se anotará el Tour como atleta destacado de un deporte español en alza.

A la altura de los grandes campeonesdel Tour estuvo ayerSastre en su examen másdifícil, la contrarreloj que muchasveces se le atascaba. En 53kilómetros, que se convirtieronen gloria suya, supo regularselo suficiente como para perdersegundos insignificantes yparano inquietarse ni un instanteante un Cadel Evans que no estan fiero como le han pintado.Sí. Sastre ganará hoy el Toury cumplirá el sueño de su vida.Y ganará reivindicando la saludde un deporte que ha estadocuestionado por el dopaje.

"Que detrás de nosotros hayaun cartel de sospechosos es algoque no nos vamos a quitar.Pero lo puedo decir claro yalto.Aquí haymucha gente que sesacrifica, que entrena todos losdías por sus retos ysueños, yque lo hace de una manerahonrada y sincera. En el ciclismo,como en toda la sociedad,siempre habrá gente que quieraengañar, pero también trabajadoresdel silencio yla honradez".Y con silencio yhonradezreinará hoyen París.