MERIDA: Raúl Moreno, Jesús González (Pablo Gil, min.46), Javi Chino, César Morgado, Jonhy, Zamora, Borja (Aitor, m.68), Moscardó, Joaqui, Troiteiro (Martins, m.82) y Pedro Conde.

LINARES: Lopito, Bauti, Higinio, Rosales, Alvaro Vega, Rodri, Lara (Boula, 50; Payán, 78), Gámiz, Corpas, Joselu y Salinas (Hernández,65).

GOLES: 1-0 Jorge Troiteiro, min.27; 1-1 Rosales (penalti), min.57.

ARBITRO: Muñoz Piedra. Amarilla al local Javi Chino y a los visitantes Vega, Rodri y Salinas.

INCIDENCIAS: Minuto de silencio por la muerte de Juan Ceballo, extécnico del Mérida. Su hijo hizo el saque de honor.

Debía ser el partido que diera la salvación definitiva para que las cuatro últimas jornadas supusieran cuatro finales para disputar la próxima jornada la Copa del Rey, sin embargo, el empate supone que todavía no se consiga del todo el primer objetivo y se complique el segundo.

En los preámbulos del encuentro el club emeritense homenajeó como merecía a quien fuera entrenador del primer equipo y un hombre siempre muy ligado a las categorías inferiores, además de seleccionador de la extremeña, Juan Ceballo.

Tras la emoción por el homenaje, arrancó un encuentro en el que al Mérida parecía pesarle la presión de las jornadas sin agradar a su público, de ahí que los primeros minutos fueran de dominio del Linares, con dos acercamientos con cierto peligro, primero en una jugada de Salinas que salvó Jesús González y después con un córner rematado por Alvaro Vega después de varios rechaces dentro del área.

Sin embargo, un libre directo sobre el cuarto de hora de Jorge Troiteiro que hizo volar al portero, Lopito, supuso que el cuadro emeritense fuera cogiendo confianza y empezara a dominar. Antonio Gómez sorprendió colocando a Javi Chino como central para que Zamora se mantuviera como pivote defensivo, tal y como hizo hacía una semana en Lepe. Además el técnico emeritense apostó en la titularidad por Moscardó por Iván Matas.

Aunque había alternancias, las defensas se estaban imponiendo a las delanteras y a ambos equipos les costaba avanzar metros cuando querían hacerlo con posesiones largas. La única solución era intentar tocar rápido en los aledaños del área grande. El Mérida lo intentó con una jugada que arrancó desde la derecha con un disparo de Joaqui, repelido por la defensa, el propio jugador del Mérida protestó una mala clara del defensa, pero el árbitro interpretó que estaba en el suelo y era involuntaria, la jugada continuó con un centro raso desde la izquierda de Troiteiro que a punto estuvo de colar Pedro Conde en el primer palo.

GOLAZO Poco después, Troi lanzó una pared con Joaqui, éste le devolvió de primeras y de tacón, el 10 romano se la llevó picándola por encima del defensa y sin dejarla caer la empotró en el palo largo poniendo el delirio en la grada, que tras muchas jornadas, veía como su equipo se ponía por delante. Hasta el descanso, aparecieron los mejores minutos locales con repertorio incluido del goleador de tacones, vaselinas y detalles técnicos para deleite de la parroquia.

La reanudación comenzaba con la sustitución de Jesús González por Pablo Gil por problemas físicos, lo que provocaba que, dependiendo de cómo fuera el encuentro, Gómez ya no podría utilizar el recurso de colocar a Joaqui en el lateral para buscar una opción más ofensiva.

Quien sabía que tenía que menear el partido era Antonio Torres, entrenador del Linares, por lo que retiró a un medio centro para colocar a Kike Boula, rápido y habilidoso. La jugada le salió, pues a los 12 minutos de la reanudación, el punta encaró a Javi Chino provocando que este le derribara y el colegiado pitara penalti. El encargado de lanzar la pena máxima fue Rosales. Sólo tres minutos después, Pedro Conde pudo sacar petróleo de un balonazo largo al llevarse la pelota entre los centrales, pero su último toque fue demasiado largo y le dio la opción a Lopito para salir rápido a sus pies.

Tras la ocasión marrada por los locales, y con el empate en el marcador, se vio una segunda parte donde todo ocurría en el centro del campo. Los dos equipos valoraban el punto, aunque más los visitantes que perdieron fuelle ofensivo con la lesión del propio Kike Boula en el 78.

Ya en el añadido, una falta despejada por la defensa cayó a Joaqui que quiso disparar desde fuera, le salió raso, Conde metió la puntera para desviar con la mala suerte que tocó en un defensa lo suficiente como para que la pelota se desviara hacia al palo en vez de hacia dentro. Esa jugada supuso que el Linares celebrara mucho más el punto conseguido que el Mérida, quien tendrá que seguir peleando para conseguir la salvación matemática. La próxima oportunidad el sábado (18.00 horas) en el Ramón de Carranza de Cádiz.