Mérida - 0: Garavano, Troyano, Molina, Jesule, José Mari, Chus Bravo (Samir, minuto 81), Fran Miranda, Stoeten, Ismael (Jandro, minuto 69), Víctor Bravo y Machicado (Magallanes, minuto 58).

Real Madrid Castilla - 0: Adán, Velayos, Antón, Agus, Schorch, Tébar, Mosquera (Javi Hernández, minuto 75), Zamora (Vázquez, minuto 33), Palanca, Bueno (Modrego, minuto 64) y Szalai.

Arbitro: Perdigones Pacheco (Comité Andaluz). Mal. Amonestó a los jugadores visitantes Agus, Tébar, Javi Hernández y Vázquez, y a los locales Stoeten, Fran Miranda, Ismael y José Mari.

Incidencias: 2.000 espectadores acudieron al Estadio Municipal Romano. Césped irregular y en mal estado.

No fue un bonito encuentro el que disputaron ayer el Mérida y el Real Madrid Castilla, líder invicto del grupo II de Segunda B, pero es que eso era lo que precisamente quería el equipo emeritense, que le plantó cara en todo momento a los pupilos de Julen Lopetegui, y esta vez creando también alguna ocasión clara de gol.

Para esto hubo que cambiar algunos aspectos, porque en esto del fútbol hay que intentar utilizar todas las armas posibles que te permite el reglamento. En primer lugar, el estado del terreno de juego, con el césped más alto de lo habitual, se convertía en un hándicap al juego que quería proponer el Castilla.

ARMADOS ATRAS En segundo lugar, Milojevic tenía claro cómo iba a ser el encuentro antes de jugarlo, sabía que poner tres centrales iba a ser inútil porque los madridistas no iban a buscar el juego directo, por eso lo importante era taponar la línea de creación. Así pues, cambio de dibujo, dos centrales y tres medios centros, con Chus Bravo, Stoeten y Fran Miranda (el extremeño jugó probablemente su mejor partido desde que está en el Mérida) sabiendo en todo momento cuáles eran sus funciones.

A pesar de la solidez defensiva, enfrente estaba el equipo más goleador de España y en la primera parte tuvieron dos ocasiones claras, una la repelió el larguero, la otra la atajó de forma espectacular el portero Matías Garavano. Ofensivamente, en los primeros 45 minutos, el Mérida volvió a ser un equipo pobre. El principal motivo es que cuando robaba el balón había pocos efectivos por delante de éste. La ausencia de Sabino se notó mucho.

La tercera novedad no interfirió en el juego, pero sí llamó la atención que el Mérida jugara con su tercera indumentaria (camisa verde, pantalón blanco y medias negras). El motivo es que la entidad romana tiene un acuerdo con Marca Extremadura por el que cada vez que sea televisado un partido tiene que jugar con esta equipación y, como en principio iban a estar las cámaras de Canal Extremadura y ya habían enviado el fax al Castilla con los colores de la indumentaria, pues la mantuvieron.

En la segunda parte, se podía preveer un bajón físico de los locales y un asedio de los líderes, sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Coincidiendo con la salida de Magallanes, el Mérida empezó a ver huecos donde no los encontraba en la primera parte. No es que el uruguayo hiciera un partido maravilloso, pero de los tres remates con peligro del Mérida, dos fueron suyos y el tercero lo fabricó él para que Víctor Bravo fallara la ocasión más clara del partido al borde del área pequeña. Además el juego sin balón del debutante ayudó bastante para que el Mérida pudiera trenzar alguna que otra jugada.

A Milojevic le estaba saliendo el partido tal y como lo tenía pensado, el equipo de menos a más, porque esta vez los cambios fueron para refrescar y mejorar. Además el filial merengue prácticamente no tuvo ocasiones en la segunda mitad, más allá de la protesta de un penalti.

Lo único que no le salió al Mérida fue marcar en algunas de las dos ocasiones que se tuvo, de todas formas, la imagen fue completamente diferente a la ofrecida en Alcorcón.