Por los montes de Andorra entrenaba Joaquim Purito Rodríguez hace pocos días. Ascendía desde Ordino hacia Canillo a un ritmo endiablado. Su compañero de equipo, Vladimir Karpets, le hizo un gesto con la mano. Algo así como "sigue que yo no puedo". Y Purito, de pie, moviendo su bici, se exprimía buscando la mejora necesaria para cumplir con un doble objetivo en la Vuelta: luchar por la general y convertirse en número uno de la clasificación mundial de la UCI (Unión Ciclista Internacional).

En la cumbre del Collet de Montaup Purito se colocaba el impermeable blanco. Refrescaba en el descenso y esperaba a su amigo ruso unos minutos. "El cansancio del Tour se nota en las piernas", decía. Ambos descendían hasta la pastelería de Canillo, donde aguardaban al grupo de amigos cicloturistas que llegaban más rezagados.

VETERANO A los 31 años ya ha adquirido la veteranía suficiente para pelear por una clasificación tan importante como la de la ronda española, al frente del conjunto ruso del Katusha donde es el líder, hasta el punto que le han concedido sus deseos de fichar para el año que viene a dos escaladores de su confianza, excompañeros suyos en el Caisse: Dani Moreno y Albert Losada.

Unico español que ganó este año una etapa en el Tour (por delante de Contador), octavo de la general, medalla de bronce en el último Mundial, atacó ayer en la cuesta hacia el castillo de Gibralfaro (Málaga), aunque entró por detrás del nuevo líder.

Por lo demás, la etapa de ayer dejó otros dos protagonistas: Gilbert fue el ganador y el nuevo líder y Andy Schleck, uno de los grandes favoritos, perdió 14 minutos, con lo cual se despide de cualquier posibilidad. Ahora ayudará a su hermano, Frank, que parece en forma.