Joaquim Purito Rodríguez y Ezequiel Mosquera, primero y tercero en la general de la Vuelta a España, se debaten entre el temor a su gran rival, Vicenzo Nibali, segundo, y la confianza en sus fuerzas y ganas ante la crono de su vida, los 46 kilómetros de hoy en Peñafiel, que pueden consolidar o dar al traste con sus opciones de triunfo.

Purito está pletórico. Por el estado en el que se encuentra y por cómo le está yendo la carrera, de la que es líder incluso después de haber pasado un mal día en Andorra que pareció descartarle para el triunfo final.

Esa victoria definitiva es en lo único que piensa el corredor español una vez llegado hasta aquí, a la tercera semana en la posición más privilegiada de todas y con la carta de la vertical subida a la Bola del Mundo debajo de la manga.

"Puedo ganar la Vuelta, estoy en la mejor posición posible, con ventaja sobre mis rivales. Vine con ganas de luchar y lo veo posible. Me encuentro bien y eso te hace ver las cosas de otra manera", resumió su estado de ánimo el líder de Katusha, que incluso se plantea "salir de Peñafiel vestido de rojo".

Mosquera, más cauto, lo primero que quiere hacer es asegurar el podio. Pero está solo a 53 segundos del liderato.