El Mundial de MotoGP empieza, este fin de semana, en el circuito de Motegi el triple asiático en el que, sin duda, se decidirá el título mundial de la máxima categoría. El piloto catalán Marc Márquez (Honda), tetracampeón del mundo de 125cc (2010), Moto2 (2012) y MotoGP (2013 y 2014), está rozando la gesta de ganar su tercer título de la categoría ‘reina’ en sus cuatro años en MotoGP.

Márquez afronta el primero de los tres grandes premios seguidos (Japón, 16 de octubre; Australia, 23 y Malasia, 30) con 52 puntos de ventaja sobre el veterano italiano Valentino Rossi (Yamaha) y 66 más que el tricampeón mallorquín de MotoGP, Jorge Lorenzo (Yamaha).

DEBE SER PACIENTE

Márquez, que le bastaría ser paciente, acabar cuarto las cuatro carreras, para ser proclamado campeón en Cheste (Valencia) en la última carrera de la temporada ( 13 de noviembre), tiene este domingo su primera ‘pelota de partido’ en Motegi. “Es muy difícil, yo diría que casi imposible, ser campeón el domingo, porque se tienen que dar muchas circunstancias para poder conquistar el título”, afirma el ‘nen de Cervera’.

En efecto, para que Márquez fuese campeón en Japón tiene que salir con más de 50 puntos de ventaja sobre Rossi o Lorenzo, es decir, sobre el segundo clasificado. El resultado que debería de producirse el domingo es que Márquez ganase, que Rossi no acabase entre los 14 primeros y que Lorenzo no se subiese al podio. Sí, realmente complicado, empezando por la victoria del catalán, ya que este, Motegi (Japón), es el único circuito (junto al nuevo de Austria, donde este año se ha corrido por vez primera), donde Márquez no ha ganado nunca. En el 2013 y el 2014, triunfó Lorenzo; y, el pasado año, Dani Pedrosa.