«Si supiéramos lo que nos pasa estaría claro que pondríamos remedio, pero a día de hoy no tenemos explicación para ello». De esa manera tan tajante se expresaba el capitán del Extremadura, Willy, para tratar de explicar qué le ocurre a su equipo cuando juega en el Francisco de la Hera y por qué vuelan tantos puntos a otras zonas de España. No hay explicación, pero el dato es demoledor: sólo un triunfo en seis partidos y sólo cinco puntos de 18 posibles. Una rémora que vuelve a lastrar las opciones azulgranas de no seguir teniendo constantemente la soga al cuello.

Tampoco sabe explicarlo Manuel Mosquera, que en la sala de prensa tras el partido dijo que «no hay un factor concreto que pueda decirte, pero claro, lo revisaremos porque es cierto que en casa nos está costando más ganar».

No hay que esconderlo y es una realidad: el Extremadura tiene un problema en casa. Y, desde luego, no es su afición, que sigue llenando más de medio estadio en cada partido con la ilusión de ver un triunfo. Pero las decepciones se acumulan y ellos tampoco saben explicar qué ocurre.

Sólo el Elche ha caído este año en el Francisco de la Hera. Numancia y Ponferradina sacaron puntos, mientras que Fuenlabrada, Huesca y Rayo se los llevaron todos. Podría ser algo transitorio, pero es que el pasado año ocurrió lo mismo y al Extremadura le salvó ser una fiera inesperada lejos de Almendralejo. Algo parecido a lo que está pasando este año.

El VAR

A esa coctelera de cosas inexplicables hay que sumarle el VAR (video arbitraje), que de momento da la espalda por completo al Extremadura. En los seis partidos que se han disputado en el Francisco de la Hera, todas las revisiones en el monitor (hasta seis) han sido desfavorables a los de Almendralejo. Ojo, en varias ocasiones con mucha justicia, pero en algunas de ellas, con bastante relatividad.

Ante el Rayo, el árbitro no revisó dos claros agarrones dentro del área a Fran Cruz y Borja Granero sucedidos en la segunda parte y que, en las imágenes de televisión, se apreciaron con nitidez. El público no entendió por qué el colegiado no consultó el monitor. Ni el público ni muchos jugadores. Cierto es que, el VAR, sí acertó en el gol bien anulado a Willy.

Para colmo, Paco Jémez, cuyo equipo había ganado 0-3 y con el VAR ayudándole (con justicia) a anular un gol al rival, se descolgó en sala de prensa para decir realmente lo que piensa: «ojalá llegue el día en el que el VAR desaparezca y volvamos a tene un fútbol más o menos cómo el que teníamos antes. Mientras esté aquí, todos nos tendremos que acostumbrar: jugadores, entrenadores, prensa y aficionados». Así, tal cual. Tampoco dejó indiferente el buen comportamiento de la afición del Rayo Vallecano y su hermanamiento durante todo el sábado con la del Extremadura, organizando una fiesta previa y demostrando que el fútbol, más allá de los 90 minutos, también propone muchas otras cosas.

En esta faceta, con el gran trabajo de las peñas del Extremadura, el equipo sí suma puntos cuando actúa de local. Lástima que estos no valgan para la clasificiación.