El Cáceres 2016 no solo se trajo de Illescas la derrota y el fin de su racha positiva de ocho victorias, sino también la indignación y la frustración de los 50 seguidores que acompañaron al equipo, algunos de los cuales se desplazaron desde Madrid. "Fue muy desagradable. Algunos aficionados se mostraron muy agresivos con nosotros. Nos amenazaron simplemente por intentar animar a nuestro equipo y protestarle al árbitro. El trato que nos dieron es inimaginable que lo demos aquí, y mira que ha venido gente de otros sitios", cuenta uno de los hinchas.

Tampoco la junta directiva está contenta con lo sucedido en la localidad toledana, que tiene unos 15.000 habitantes. Varios responsables del club viajaron con el equipo, pero ni fueron recibidos en el pabellón ni fueron invitados al palco, aseguran.

Desde dentro del Cáceres 2016 lo que se dice es: "más que sentirnos mal por el trato nulo que nos dieron, lo que nos da pena es que un equipo tan bueno y con tantas opciones de subir tenga el aspecto institucional así". No se quiere que el conflicto vaya a más, pero algunos directivos se sintieron insultados en su propia cara por empleados del Illescas.

Disculpas desde Illescas

Desde el Illescas se pide disculpas por lo que haya podido ocurrir. El presidente del club, José María Cabrera, admite que pudo haber "alguna discusión" entre aficionados, pero que no pasó a mayores. "Lo siento. Cuando vino aquí al Plasencia las dos aficiones acabaron cantando juntas. Creo que somos un club muy deportivo y no queremos problemas con nadie", apunta.

Respecto la distante relación con la directiva cacereña, indicó que el pabellón no tiene palco. "Nos pidieron 40 entradas y se las dimos, al igual que pasó en el partido de ida cuando nosotros las pedimos. En Cáceres el trato fue exquisito, pero es un pabellón totalmente distinto", recalca el presidente toledano.