Está claro, cada día más, que la promoción de la actividad física y el deporte, desde muchos puntos de vista, es esencial en nuestra sociedad: formación, transmisión de valores, integración de poblaciones e individuos, desarrollo de hábitos saludables, reducción de costes en ámbitos sanitarios, cohesión social, etcétera.

Por ello mismo está igualmente claro que, por las competencias y obligaciones del sector público y político, dicha promoción debe estar en su agenda. Pero también es evidente que el deporte avanza como motor de desarrollo económico en nuestras sociedades: servicios deportivos, organización de eventos, turismo activo, deporte espectáculo...

Por todo ello cada vez se hace más necesario un equilibrio entre la aportación pública y privada a este sector esencial y a la vez muy dinámico y productivo en algunos de sus sectores para que la presencia pública en la gestión de este sector no cercene el desarrollo del ámbito privado, sino al contrario, cuando lo ideal es su convivencia y apoyo mutuo.

Sin embargo este equilibrio es dinámico. En una sociedad como la extremeña está claro que en algunas zonas hay servicios que deben ser promocionados desde el ámbito público, pero también teniendo claro que dicho apoyo debe estar orientado a desarrollar uno hábitos y tejido deportivo que permita el desarrollo de la iniciativa privada permitiendo el desarrollo, allí dónde sea posible, de nichos de empleo y de nuevas actividades económicas en el ámbito rural.

Creo que deberían ser criterios a tener en cuenta para programas como 'El ejercicio te cuida' o el 'Plan de Dinamización Deportiva'. De nada serviría la inversión de años si se eliminan dichos programas y estos no son sustituidos, pero quizás en aquellos sitios o aquellas personas que puedan desarrollar dicha actividad de una forma rentable, habría que dejarles tomar las riendas sin perder de vista los objetivos originales del programa.