Sé que no es lo habitual y que no todos los corredores lo hacen, ni mucho menos, pero desde mis inicios tengo apuntadas, en principio en una libreta y ahora en mi ordenador, todas las competiciones en las que he participado en mi vida como atleta. Incluso apuntaba las zapatillas con las que corría.
Supongo que alguna se me habrá escapado, sobre todo porque durante una época, en las que no terminaba, ya fuera por lesión o cualquier otra causa, no llegaba a anotarlas. Algunas de éstas, en competiciones importantes, las he incluido a posteriori porque, al fin y al cabo, estuve allí y participé, aunque no finalizara la competición.
Aunque hay alguna discrepancia estadística, este pasado mes de febrero, en la prueba de campo a través de Pájara (Fuerteventura) cumplí mi 500 competición. Ya son unas pocas ¿verdad?
Desde mi primera prueba, allá por el trece de junio de 1988 en Almendralejo, una prueba popular en el barrio, la barriada de San Antonio, por las fiestas del mismo en la que me inscribí.
Mi categoría era de 10 a 13 años, yo cumplí los 10 ese 20 de mayo de entonces, pocos días antes, y recorríamos un circuito que totalizaba 2.800 metros. Mi actuación no fue destacada, el decimonoveno, pero tampoco tengo un mal recuerdo de la misma.
Supongo que me inscribiría mi padre, hubo una época que a él le dio por correr, aunque creo que no competía, y, siendo muy pequeño, me llevaba al polideportivo de Almendralejo.
Mientras él daba unas vueltas a la, por entonces, pista de tierra, yo jugaba en el foso de longitud haciendo agujeros, como si estuviera en la playa- y ya van quinientas carreras.
¡Y las que quedan!
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